10 personas siguen ingresadas en hospitales de Madrid
El 11 de marzo, los hospitales de la Comunidad de Madrid sufrieron el mayor colapso de su historia. Por ellos han pasado desde entonces 1.500 heridos. Muchos vuelven cada día para seguir la rehabilitación o someterse a revisiones. Sin embargo, al menos 10 personas no saben lo que es el alta médica. Nueve siguen en centros públicos. Cinco de ellos están graves. No se sabe a ciencia cierta cuántos afectados por el 11-M han requerido asistencia privada.
Unos y otros se sienten olvidados. "Estoy harto de oír que todo el mundo está ya en casa, o de que sólo se cuente a los ingresados en la Seguridad Social. Nosotros tenemos a mi hermana en una clínica privada y creo que hay más gente en nuestro caso", dice Álvaro. Laura tiene 26 años y está en coma. Desde Parla, cada día, en una procesión en la que aún queda esperanza, la familia se dirige a una clínica privada en el noroeste de Madrid. "La Seguridad Social no está preparada para casos como éste por eso la sacamos del 12 de Octubre. A mi hermana hasta hace una semana casi no podían tocarla los médicos", comenta mientras se traga la rabia. Al dolor inicial, y tras la alegría de hallarla viva, ahora se ha sumado la incertidumbre porque no saben, asegura Álvaro, cuál será la respuesta de la Administración: "La solidaridad ha estado presente, pero ahora necesitamos hechos. Estamos agotados".
Atención psicológica
Tres meses después de los atentados, mucha gente sigue reclamando también atención psicológica. La magnitud de la matanza ha tocado directamente a los familiares de las víctimas, a los heridos, a su entorno, y a los testigos del atentado. Los centros de la Comunidad de Madrid han atendido a 2.638 personas por trastornos psicológicos . "Las necesidades han estado perfectamente cubiertas. Hemos destinado tres millones de euros a reforzar la red de centros de atención", asegura José María López, jefe de Recursos y Planificación de la Oficina Regional de Salud Mental.
Sin embargo, asociaciones de afectados y víctimas consideran que la comunicación entre los ambulatorios y los centros de salud mental ha sido deficiente. Álvaro ha optado por la atención privada: "Mis hijos necesitaban asistencia inmediata, justo el día de los atentados. He tenido que buscarme la vida".
La asociación Atocha 11-M dice haber recibido quejas de afectados "a los que se les ha dado cita para el mes siguiente o a los que el médico de cabecera ha recetado un ansiolítico sin profundizar en su caso". Lo que más preocupa a Fernando Chacón, presidente del Colegio de Psicólogos de Madrid, es que haya casos graves que no hayan llegado a las manos adecuadas.
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