"El Gobierno usa Irak para separar a los españoles"
La situación política ha propiciado un punto de tensión bastante insólito en este tipo de debates, sobre los que Jaime Mayor Oreja ha proyectado su constante preocupación por el modelo de Estado y lo que define como el desafío de los nacionalismos.
Pregunta. ¿Tenía que tener esta campaña un tono tan bronco, tan de país irreconciliable?
Respuesta. Yo no creo que la campaña haya sido especialmente bronca. Creo que no estamos siendo conscientes de la gravedad de lo sucedido el 11 de marzo. España padeció un atentado terrorista con 200 muertos, tres días antes de unas elecciones generales. Este hecho no se ha producido en ningún otro país del mundo. Y es evidente que ese atentado ha cambiado el orden de los partidos. Yo creo que el Gobierno tenía que haber dicho a la sociedad española que, además de ganar legítimamente, lo de los atentados del 11-M era extraordinariamente grave para lo que significa el funcionamiento de una democracia. Y el Gobierno tenía que haber afrontado los meses sucesivos de otra manera. Hubieran tenido que recorrerse las calles y las plazas españolas los dos candidatos del PP y del PSOE, juntos, diciendo que el problema que hoy tenemos en España y en la Unión es un desafío nacionalista, y no haber utilizado la guerra de Irak para haber separado más a los españoles. Por eso, la responsabilidad siempre, en estas cosas, está en el Gobierno, no está en la oposición.
"¿Por qué voy a esconder mi pasión por la idea que yo tengo de España?"
"¿Por qué hay que dar las gracias cada día a los países que han dado los fondos a España?"
P. Sin embargo, oyéndole, por ejemplo, el pasado domingo en Zaragoza, usted proclamó tanto su amor por España, su entrega a España, su defensa del interés de España que, francamente, resultaba difícil evitar la idea de que usted se atribuye la exclusiva de ese sentimiento y de que está viviendo esta campaña como un enfrentamiento entre la España y la anti España.
R. Como siempre, uno defiende las cosas que defiende con la pasión que cree conveniente, pero eso no significa que monopolice nada. ¿Por qué voy yo a esconder mis sentimientos y mi pasión por la idea que yo tengo de España?
P. Pero a eso se añade una insistencia continua, a lo largo de toda la campaña, de presentar al PSOE como el partido de "la mentira, la manipulación y la corrupción". Una descalificación total.
R. El partido socialista, los debates de Borrell, así lo acreditan, no está diciendo la verdad, ni por lo que se refiere al papel de la España en la Unión, ni al papel de España en la supuesta división de la Unión Europea, ni a lo que enviamos a Irak. Y si no es verdad, yo tengo que decir que el partido socialista miente. Como también llevo meses diciendo que en España hay un desafío nacionalista, que está ahí todavía, y que el partido socialista no tiene un proyecto político, hoy, de España.
P. ¿Usted no admite, pues, que tras este intercambio duro actúe un elemento de revancha, de dar la vuelta a los resultados del 14-M?
R. El 14-M todo el mundo sabe lo que fue. El resultado del 14 de marzo, lo dice el Centro de Investigaciones Sociológicas, no nosotros, nunca se hubiera producido sin el atentado del 11 de marzo. Eso para mí es un dato objetivo, no es un dato opinable. Pero nosotros no queremos en este momento ninguna deslegitimación de aquel resultado. Queremos que, en la fotografía de la España de hoy, pese más la realidad de los últimos ocho años de España que el producto de unos sentimientos espoleados por una tragedia. A eso, yo no le llamo revancha.
P. Usted ha denunciado cinco "mentiras" del PSOE. La primera era que "Bagdad no es la capital de Europa", es decir, que los socialistas han abusado del tema de Irak en esta campaña. Pero lo cierto es que Irak sigue siendo un tema clave en el debate europeo.
R. Sólo han hablado de Irak. Sólo retiraron las tropas en una determinada fecha para ganar las elecciones europeas. El problema de Europa no es la guerra de Irak. Es verdad que esa guerra ha demostrado una vez más que Europa no tiene una política exterior común, pero el problema que hoy tenemos en una Unión que se estableció para evitar guerra, para que la guerra desapareciese del continente, y eso ha sido un éxito, es la inestabilidad provocada por los fenómenos terroristas. El terrorismo sustituye a la guerra. Lo único que digo es que el problema no es Bagdad, no es la guerra, sino Al Qaeda y sus organizaciones.
P. La segunda "mentira" es, según usted, que el PP es no es "euroescéptico", sino "euroexigente". Una exigencia que, afirma, ha llevado a España a la mejor posición que haya tenido nunca en Europa. Y ahí se cuela de rondó la idea de que Aznar obtuvo el Tratado de Niza y el PSOE lo perdió, cuando la realidad es que Aznar obtuvo Niza y también lo perdió en la Convención. Lo que ha dejado es un problema.
R. Aquí hay una cuestión: ¿por qué el Gobierno actual renuncia a lo que es la posición de España en el Tratado de Niza y luego en la Convención? Porque la posición del Gobierno fue la misma en Niza, con éxito, y en la Convención, sin el mismo éxito. ¿Por qué tenemos que negociar desde cero? No renunciemos a lo que había alcanzado el Gobierno del PP, y no traicionemos en ese sentido los intereses de los españoles por separarte del PP, por alejarte del PP, por la obsesión de hacer lo contrario que el PP.
P. Será porque en el Consejo Europeo del pasado mes de marzo el señor Aznar se quedo completamente aislado, solo, intentó entonces negociar y le volvieron la espalda.
R. Bueno, pero sigue la negociación sin decir, como han dicho, que España renunciaba al modelo del voto ponderado. Si tu ya dices de partida, que Niza fue una catástrofe, estás negociando desde cero.
P. La tercera mentira, según usted, es el eje París-Berlín. Y sin embargo, Francia y Alemania, como países más poblados y más potentes económicamente de la Unión, tienen, de hecho, un papel de motor que no admite alternativa.
R. Lo que me parece a mí es que relanzar ahora el discurso de los ejes en la UE es un error. España no tiene que estar en ningún eje, España lo que tiene que hacer es tener el mayor peso posible dentro de la Unión y luego buscar acuerdos en los temas que le interesen. Nosotros no hacemos nada, por ejemplo, en el eje franco-alemán a la hora de abordar el presupuesto de la UE. Los países importantes, fuertes en la UE, tienen que tener un entendimiento singular, pero España no tiene por qué estar irremediablemente unida a un eje franco-alemán que en el reparto de poder en la Unión no está favoreciendo los intereses de los españoles.
P. Otra mentira que usted denunciaba es que ceder es mejor que exigir. ¿En qué han cedido los socialistas?
R. Yo ya le puedo decir el ejemplo del cambio sobre el reparto de poder, y, segundo, en el discurso. Yo no creo que haya un inglés o un italiano que esté hablando del eje franco-alemán. ¿Por qué tenemos que aparecer dando las gracias todos los días a los países que han dado los fondos a España? ¿Para qué el discurso de agradar necesariamente?
P. ¿Hay cosas más concretas?
R. Bueno, la firma del Tratado constitucional. Tampoco ha habido mucho tiempo para hacer concesiones, pero no he entendido por qué hemos renunciado a que el tratado constitucional se firmase en Madrid, habiendo sido aprobado por el Parlamento Europeo y cuando se trataba de poner el acento en la importancia del terrorismo y de las víctimas. No se para qué y por qué. ¿Por qué quiere agradar al señor Berlusconi? Luego puede haber cuestiones de pura negligencia, como las OCM del aceite, el tabaco y el algodón, algo que ni menciono.
P. La quinta "mentira" es que el PSOE hace el juego a los nacionalistas con su intención de llevar las lenguas autonómicas a Europa. Eso, en su opinión, no es importante para la mayoría de los españoles, aunque Daniel Sirera, portavoz del PP en Cataluña, dijo que sí le importaba.
R. No, no, yo he dicho que es un asunto que no debe complicar lo que es la UE. ¿Cómo voy a decir que no tiene importancia, si soy vasco y mi mujer sabe vasco? ¿Qué es lo importante en la UE? Que cuantas menos lenguas tengamos, mejor. Si en vez de tener, por ejemplo, 20 lenguas con la ampliación, tuviéramos cinco, mucho mejor. Nos entenderíamos mejor los europeos. Y lo que digo es, ¿en la Unión dónde tienes que poner el acento? En el español, que es el idioma en el que nos entendemos todos los españoles. ¿Qué es lo importante en la UE? Que la lengua sea un vehículo de comunicación. El mensaje que debe mandar el Gobierno de España en la Unión es que tiene un idioma común muy fuerte, porque ésa es la fortaleza de España. Una cosa es la singularidad de nuestros territorios y de nuestras gentes, que tienen que tener expresión aquí, pero fuera debemos llevar cuantos más instrumentos comunes, mejor.
P. ¿Podría llegar el PP a pedir el no en un referéndum sobre la Constitución europea?
R. No. Yo quiero apoyar el sí, pero también estoy decidido a no decir definitivamente nuestra posición hasta que España no negocie algo tan importante como es el reparto del poder en la Unión.
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