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Reportaje:

Deberes pendientes

La policía holandesa no ha descifrado numerosos crímenes entre mafiosos

Isabel Ferrer

Gijs van Dam, hijo de un conocido traficante holandés de hachís, sabía que tenía los días contados. En 2002, una ráfaga de balas le dejó paralítico y sin un ojo. Hace dos semanas, unos tiros más certeros acabaron con su vida. Tenía 37 años. Su caso es de momento el último de una larga lista de ajustes de cuentas entre hampones que, apenas unos días antes, sumaba otro caído, Willem Endstra. Apodado "el banquero de los bajos fondos", éste ocultó con éxito su rostro al gran público durante décadas. Cuando los jueces advirtieron a la fiscalía que faltaban pruebas para juzgarle por un presunto blanqueo de dinero, Endstra apareció en la televisión nacional. Un error irreparable. Horas después era liquidado a balazos junto a su despacho en un selecto barrio de Amsterdam. La policía no ha determinado aún si le mataron por haber colaborado supuestamente en sus investigaciones. O bien si pereció a manos de los mismos personajes que negaba conocer.

La ironía del 'caso Endstra' es que había estudiado Derecho y hacía también negocios con el Estado

La incógnita no es nueva. Desde 1990, la capital holandesa y sus cercanías han sido testigos de una quincena de asesinatos similares, todos perpetrados a la luz del día. Ninguno ha sido aún aclarado, si bien mantienen singulares semejanzas. En algunos casos, como el de Gijs van Dam, la muerte no pareció sorprender ni siquiera a sus vecinos. Secuestrado en su adolescencia por los adversarios de su padre, del mismo nombre, fue rescatado a tiempo sin que hiciera falta pagar el rescate. Van Dam senior tuvo en su día tratos con Klaas Bruinsma, el líder de la organización criminal de mayor envergadura que haya operado desde los Países Bajos. El nombre de Endstra también ha sonado en dicho círculo, aunque sin que haya podido establecerse un nexo claro. En medios policiales no se descarta que todas las muertes sean consecuencia directa de las diferencias sostenidas durante años por los gánsteres holandeses con rivales yugoslavos. Las peripecias vitales de algunos de los asesinados, como Bruinsma, han provocado incluso conflictos de altura. Guapo e hijo de una familia adinerada, en su agenda había oscuros socios y señoritas de buena posición. Una de ellas fue Mabel Wisse Smit, hoy casada con el príncipe Friso de Orange, segundo hijo de la reina Beatriz. La joven ha negado siempre haber sido "la novia del gánster", pero no contó a tiempo al Gobierno los pormenores de su relación. Al final, la sombra de Bruinsma pesó demasiado y su príncipe renunció a los derechos sucesorios para desposarla.

Bruinsma murió en 1991 en las escaleras del hotel Hilton de Amsterdam en el más puro estilo de las películas negras. Dos de sus colaboradores fueron asimismo tiroteados años después. Uno, Sam Klepper, cayó frente a su domicilio a manos de un asesino a sueldo de origen yugoslavo. El otro, John Mieremet, sobrevivió a un asalto parecido al abandonar el despacho de su abogado. Si bien nunca se ha constatado que Bruinsma y Endstra negociaran juntos, la policía admite que "puede establecerse una relación directa o indirecta" entre ambos y el resto de bandidos desaparecidos en los últimos tiempos. Curiosamente, el asesino de Bruinsma había sido agente del orden. Se llamaba Martin Hoogland y estaba obsesionado con cazar al joven de clase alta convertido en malhechor. Condenado a 20 años de cárcel, fue asesinado en marzo pasado poco después de salir libre. En el caso de Endstra, las investigaciones se remontan a 1992, cuando los agentes destaparon una red de tráfico de éxtasis procedente del Reino Unido. La ironía es que había estudiado Derecho y hacía también negocios legales con el Estado holandés. Después de tanto escabullirse, la fiscalía había conseguido razones para acusarle de algo: falsedad documental. Sus hermanos han heredado el imperio constructor.

Personal sanitario atiende a Gijs van Dam tras ser tiroteado el pasado 28 de mayo.
Personal sanitario atiende a Gijs van Dam tras ser tiroteado el pasado 28 de mayo.ASSOCIATED PRESS

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