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COMUNICACIÓN

Acuerdo entre 'Le Monde' y los autores del libro que le atacaba

Un magistrado evita que se llegue a juicio

Otra excepción francesa: un conflicto de prensa se resuelve sin llegar a juicio. Los responsables de Le Monde y varios de sus periodistas, considerándose difamados por un libro, han desistido de los procesos entablados. Los autores y el editor del volumen lamentan por escrito algunas de las expresiones utilizadas y la interpretación de las cosas que habían dicho, y renuncian a reeditar la obra. El hacedor y garante del compromiso es Guy Canivet, presidente del Tribunal de Casación, equivalente al Supremo español.

El libro, titulado La Fache cachée du Monde (La cara oculta de Le Monde) apareció en febrero de 2003. Los responsables del periódico lo consideraron un ataque destinado a "perjudicar al diario, provocar la caída de sus directivos y destruir el grupo de prensa en vías de constitución" en torno a Le Monde. El libro, de Pierre Péan y Philippe Cohen, ha valido once demandas contra los autores y Fayard, la editorial que lo publicó.

Los demandados aseguran ahora que no deseaban comprometer el futuro de un órgano de prensa, que estiman "indispensable para la información completa del público", según el documento. Tampoco pretendían imputar delito alguno a sus directivos y periodistas, sino "abrir un debate público". Lamentan haber herido al director del periódico, Jean-Marie Colombani, con alusiones a su padre; afirman que no pretendían insinuar relaciones del director de la redacción, Edwy Plenel, con la CIA; tampoco estaba en su ánimo cuestionar la independencia de la Sociedad de Redactores de Le Monde ( principal accionista del diario).

En fin, lamentan haber imputado a dos periodistas de Le Monde el hecho de proteger con sus informaciones la huida de presuntos terroristas corsos; o que se haya podido pensar que relacionaban a un articulista con movimientos clandestinos. Sobre la falta de patriotismo imputada a los directivos ("No aman a Francia", se titulaba un capítulo) dicen que lo hacían para criticar sus orientaciones ideológicas y no por cuestionar el patriotismo de aquéllos.

Críticas

En el documento, los responsables de Le Monde reconocen que el periódico "pueda ser libre y vivamente criticado" o que se discuta su estrategia económica, pero no con difamaciones. Ambas partes han llegado a la convicción de que los procesos judiciales no son el marco propicio para un debate sobre la prensa. A cambio de desistir de los procesos contra los autores y el editor del libro, éstos se comprometen a no reeditarlo más y a insertar el documento citado en los ejemplares no vendidos.

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