_
_
_
_
Reportaje:

Lealtad a la cultura y las letras

Joan Francesc Mira se convierte en el quinto escritor valenciano que recibe el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes

Una de las satisfacciones que ha tenido en los últimos años ha sido el éxito "de lectura" de su versión catalana de la Divina Comèdia y de la novela Purgatori, basada en la anterior. El antropólogo, escritor, traductor y profesor de griego y cultura clásica Joan Francesc Mira (Valencia, 1939) es un hombre de letras total. Enfrascado en la traducción de los Evangelios, recibió ayer en Barcelona el 36º Premi d'Honor de les Lletres Catalanes. El jurado reconoció su obra y subrayó su compromiso cívico, expresado en artículos y en su significación política a favor de ideas progresistas y catalanistas.

Joan Francesc Mira es el quinto valenciano que obtiene el Premi d'Honor, dotado con 10.000 euros, después del lingüista Manuel Sanchis Guarner, el ensayista Joan Fuster, el poeta Vicent Andrés Estellés y el gramático y novelista Enric Valor. "Este tipo de galardones, medallas o flores te llegan con el tiempo. El reconocimiento es resultado de cierto grado de exigencia, de un trabajo realizado con ganas de hacerlo bien, algo que no debería ser extraño aunque debo de ser de los pocos que piensan que hay que intentar hacerlo todo lo mejor posible. Tampoco tendría que ser excepcional el adoptar cierta actitud de lealtad y responsabilidad cívica con un país. Siempre he hecho lo que he creído que tenía que hacer en tanto que ciudadano", afirmó Mira antes de recibir el galardón en un acto celebrado anoche en el Palau de la Música de Barcelona y en el que la entidad organizadora, Òmnium Cultural, reclamó la oficialidad del catalán en las instituciones europeas.

Autor de una dilatada trayectoria, Mira -colaborador de la edición valenciana de EL PAÍS- ha combinado la investigación erudita, la divulgación y la traslación contemporánea de grandes temas de la literatura clásica en obras como las novelas Els treballs perduts (3 i 4, 1989) y Borja Papa (3 i 4, 1996), ensayos como Crítica de la nació pura (3 i 4, 1984) y los trabajos de síntesis histórica Els Borja: família i mite (Bromera, 2000) y Sant Vicenç Ferrer. Vida i llegenda d'un predicador (Bromera, 2002).

Su traducción de la Divina Comedia (Proa) ha llegado a ya la cuarta edición, con 7.000 ejemplares, y la novela Purgatori (Proa), que recibió en el año 2002 el premio Sant Jordi y obtuvo en abril pasado el Nacional de la Crítica, a la quinta, con 20.000 ejemplares. Mira se refirió ayer a la traducción que hizo de Dante: "Fue una locura mía, y he acabado encontrándome con la satisfacción de que se ha leído, con lo que se ha cumplido mi propósito. Éste es el premio de verdad".

En todo caso, ni esa traducción ni Purgatori han alcanzado las cifras de otras obras "de ignorancia presuntuosa", como calificó Mira la novela El código da Vinci, de Dan Brown. Gran conocedor de Homero, reconoció haber visto la superproducción cinematográfica Troya: "Estas películas me despiertan una curiosidad documental, y en este sentido debo decir que está bien hecha. Ahora, la interpretación de la Ilíada es una perfecta catástrofe. No puedes presentar a Aquiles como un Rambo de gimnasio".

Además de una biografía sobre Vicente Blasco Ibáñez y una nueva novela, Mira tiene entre manos ahora mismo una misión "estratosférica" similar a la de la Divina Comedia, la traducción de los Evangelios, a los que pretende desnudar de su dimensión "doctrinaria" para poner de relieve la "literaria". "Es un clásico desconocido de la literatura europea que nadie lee. En todo caso, a trozos", concluyó Mira.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_