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FÚTBOL | España, ante la Eurocopa 2004

Puñetazos y sociología

Delgado Meco, el preparador físico, intenta con un trabajo nada convencional hacer un grupo fuerte con futbolistas que apenas juegan juntos y llevan más de 4.000 minutos en las piernas

Diego Torres

"¡Boxeamos, boxeamos...!", gritaba Manolo Delgado Meco, el preparador físico, paseándose entre la tropa risueña junto a Xavi, que daba unos puñetazos torpes al balón que sostenía Puyol; a Etxeberria, que aporreaba el de Valerón, y Morientes, que propinaba sopapos al de Helguera, y así sucesivamente. Los 23 jugadores de la selección española hacían un extraño ejercicio ordenados por parejas. ¡Pum, pum, pum! "¡Le pegamos!", clamaba; "¡con la cabeza, con el codo, con el puño, más fuerte, sin miedo!".

No es fácil reunir a 23 jóvenes y hacer que se entiendan para afrontar una Eurocopa cuando no sólo no juegan juntos más que de vez en cuando, sino que llevan nueve meses de competición y acumulan una media superior a los 4.000 minutos en las piernas. Los cuerpos requieren un tratamiento especial y las mentes otro tanto. De modo que los ejercicios que se han visto en la semana de concentración madrileña no siempre han consistido en gestos deportivos. Como la situación es poco habitual, los entrenamientos también lo han sido.

"Es imposible que no lleguen desgastados. Lo contrario significaría que no han competido"
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Delgado Meco es el responsable de la preparación física del Athletic y de la selección. Rubio, con un aire marcial, habla del primer contacto entre los futbolistas y la pelota oficial, el Roteiro. "Ese tipo de ejercicio", dice recordando el de los puñetazos, "tiene que ver con la resistencia o la contundencia de un balón distinto, nuevo. A veces se ve en la disputa en un fuera de banda. Alguien va por el esférico y yo lo quiero coger más rápido. El otro lo sujeta y yo lo quiero agarrar... Nosotros lo llamamos transferencia de lo que se hace en el gimnasio en las máquinas de fuerza. Transferimos la fuerza adquirida al balón. Porque es un móvil nuevo, un balón con el que pocos jugadores han jugado más de un partido, y estos ejercicios consisten en aplicar una fuerza al móvil".

Diseña Delgado Meco una serie de ejercicios de fuerza, habilidad, resistencia y velocidad de reacción. En el último caso acuesta a los jugadores en una línea de dos en dos, con la panza contra el césped, enfrentados y con el Roteiro de por medio. Tienen que cogerlo a la voz de Iñaki Sáez, que les cambia el código cada vez: "¡Ahora!", "¡venga!", "¡ya!". Todos se ríen. Bromean. "¿Qué se busca?", se pregunta Delgado Meco; "hay un reflejo condicionado, una respuesta a un estímulo oral... Hay la atención y el acostumbrarse a la voz del entrenador en el barullo".

Delgado Meco reconoce que, además de la preparación física, lo que persigue el cuerpo técnico es trabar lazos de complicidad en gente que lleva mucho tiempo sin verse y se enfrenta a un reto colectivo. Sólo un grupo fuerte puede jugar bien. Y jugar bien es jugar en equipo. "Ésta es una forma de interrelación", explica; "un sociograma de movimiento. Donde de golpe y porrazo digo: 'Juntaros cuatro, tres'. Y encuentro mi grupo o me quedo fuera de juego. Es una forma de que se haga equipo. Ésa es la intención del entrenamiento, que siempre acaba con un partido".

A los internacionales sólo les queda un máximo de seis partidos para terminar un curso que en muchas ocasiones alcanza los 60. El estado físico de los jugadores, comenta Delgado Meco, es el lógico teniendo en cuenta la dinámica de la selección: "Es imposible que no lleguen desgastados. Lo contrario significaría que no han competido, que no han estado en forma. Excepto la rara excepción de algún crack lesionado, lo lógico es que hayan estado en línea de combate. A Manuel Pablo, al que se le ha visto recuperarse de un grave percance, se le ha tratado de incorporar... Pero, sin haber competido mucho, es muy difícil...".

"Salvo excepciones", continúa Delgado Meco, "todos los jugadores han tenido una ventana no competitiva de, como mucho, dos semanas, el tiempo a partir del cual un deportista empieza a perder resistencia y velocidad. Por lo demás, hoy los procesos de rehabilitación son continuos. Si hay un segmento parado, las piernas, por ejemplo, los fisioterapeutas trabajan con el otro. En el agua, en la colchoneta, con las pesas... Los deportistas de élite nunca pasan más de dos o tres días estáticos".

Delgado Meco sabe que la calidad de los entrenamientos del Real Madrid cayó en picado desde marzo, pero es optimista respecto al estado de Bravo, Raúl o Helguera: "Parece que estamos hablando de que el Madrid no se entrenaba desde enero y, sin embargo, en enero arrasaba, en febrero arrasaba... Yo diría que ha estado cuestionado desde marzo. Dos meses tontos... Luego, hay cosas extradeportivas que no influyen en el propio entrenamiento. Aspectos de economía o política deportiva rebotados".

Manolo Delgado Meco, junto a Puyol, encabeza un grupo durante una sesión preparatoria.
Manolo Delgado Meco, junto a Puyol, encabeza un grupo durante una sesión preparatoria.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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