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Reportaje:NAUFRAGIO EN LA COSTA DA MORTE

Mal tiempo y mala suerte

Los patrones de tres cofradías gallegas creen que un golpe de mar provocó el naufragio. La Xunta sostiene que el barco era seguro

La mala suerte se unió al mal tiempo. De esta forma explican los patrones mayores de tres cofradías gallegas lo ocurrido en la noche del miércoles a una milla de las islas Sisargas. Todos coinciden en destacar como causa más probable del hundimiento del O Bahía un golpe de mar -secuencia de dos o más olas de más de cuatro metros-, y consideran improbable que los marineros desaparecidos hayan tenido tiempo para abandonar el pesquero.

"Cuando el golpe de mar viene de popa [parte posterior del barco], como creemos que ha ocurrido en este caso, resulta difícil evitar el naufragio porque la embarcación no tiene capacidad de desalojar el agua que entra en cubierta. Antes de que puedas hacer nada, las otras dos olas que llegan inmediatamente hunden el barco, que en la mayoría de los casos ya está volcado o zozobrando", explica el patrón mayor de Redondela, Fernando Saavedra.

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Todos los patrones emplean a fondo la cautela a la hora de ofrecer su opinión sobre qué pudo ocurrir. "Nadie podrá saberlo exactamente, a menos que aparezca con vida el resto de la tripulación. Hay mil formas de que se hunda un barco, sobre todo en la Costa da Morte. El mar es imprevisible", remacha Saavedra.

El patrón mayor de la Cofradía de Malpica, Genaro Amigo, recuerda que la noche de la tragedia los barcos de la zona estuvieron amarrados: "El mar era bastante malo con vientos de fuerza 8, y con olas de hasta siete metros. Son condiciones que no impiden el desplazamiento, aunque sí la pesca". En su opinión, no se podía considerar una situación especialmente peligrosa porque "los barcos salen muchos días con ese tiempo, y a veces peor, y no pasa nada. Sin duda, han tenido mala suerte".

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La esperanza de encontrar con vida a los cinco tripulantes desaparecidos no se perdía ayer, pero los responsables de las cofradías, con muchos años de experiencia a sus espaldas, consideraban que las probabilidades de encontrarlos vivos eran casi nulas. "No es fácil salir de un barco que se viene a pique por un golpe de mar. Todo se produce de una forma muy rápida. No da tiempo a nada, y menos a sacar un bote", asegura José Martínez, patrón mayor de la Cofradía de Fisterra. Martínez cree que el viento venía del nordeste y cogió al barco navegando de popa: "Navegar así es más rápido que hacerlo de proa, pero más peligroso en esas circunstancias".

Nadie habla de fallo humano, pero en la zona del siniestro sí se han oído muchas voces que recuerdan la intención del dueño de vender el pesquero porque tenía mucha arboladura. En alguna ocasión, decían ayer, el propietario había comentado que el pesquero "se desestabilizaba", seguramente por un defecto de fabricación. El buque, construido en hierro, fue adquirido hace dos años y tenía cinco de antigüedad. Hace menos de mes y medio, durante su estancia en el País Vasco, se le cambió el motor.

El conselleiro de Pesca de la Xunta, Enrique López Veiga, achacó el siniestro a "un golpe de mar malo" y explicó que las condiciones del pesquero "no podían ser mejores": "Cumplía con la normativa en esta materia y había superado todos los controles. El dueño era muy estricto con la seguridad". El O Bahía fue revisado el 25 junio y el 9 de julio de 2002 por la Inspección de Trabajo. Paralelamente, la Dirección General de la Marina Mercante tenía abierta la investigación relacionada con su seguridad estructural.

Campaña electoral de luto en Galicia

El PP, el PSOE e Izquierda Unida suspendieron ayer sus actos de la campaña a las elecciones europeas en Galicia en señal de duelo por el naufragio del buque O Bahía. El BNG, en cambio, prefirió convertir su mitin del día en un "homenaje a la Galicia marinera", actitud que provocó un rifirrafe entre el primer candidato de los nacionalistas, integrados en Galeusca, Camilo Nogueira, y el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, después de que éste afirmase: "Unos sienten las desgracias y otros no".

Las fechas electorales y el recuerdo de lo ocurrido con la catástrofe del Prestige, cuando la tardanza de las autoridades en visitar la zona desató las críticas más duras, pesaron sobre la tragedia de ayer, y desde primera hora el desfile de políticos fue incesante por el puerto de Corme. En algunos casos la visita tenía un fuerte componente personal, como era el caso del consejero de Cultura de la Xunta, Jesús Pérez Varela, nacido en Redondela, de donde eran la mayoría de los marineros, que compareció ante los periodistas al borde del llanto.

También la ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, que fue a Corme por la mañana y por la tarde, vivió momentos emotivos. Espinosa reside en Vigo desde hace años y conocía al patrón del O Bahía de la etapa en que dirigió el puerto. Al llegar a Corme, la ministra se fundió en un abrazo el abuelo de un desaparecido.

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