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TELECOMUNICACIONES

Las operadoras esperan que la contratación de móviles 3G se dispare a finales de 2005

Un teléfono 3G de 500 euros costará unos 300 en Navidad - España tardó 30 años en tener un millón de abonados a la telefonía fija y sólo seis años para la móvil - Las operadoras negocian el reparto de las tarifas de interconexión

Ana Pantaleoni

Esto no es una revolución, es una evolución. La frase no es de un político, sino de un tecnólogo. Y la evolución es la de la telefonía de tercera generación (3G) que, con dos años de retraso, ha llegado a España con Telefónica Móviles y Vodafone.

Sin embargo, esta evolución irá más rápida que las anteriores revoluciones. España necesitó 30 años para tener un millón de hogares con teléfono fijo (1924-1954), y seis años para alcanzar el millón de abonados a los móviles de Telefónica (1990-1996). Un total de 80 años después del primer aparato en un hogar español, el teléfono ya no se coloca junto a la oreja, sino junto a los ojos. Es el 3G, el teléfono para ver.

Las dos operadoras españolas que han lanzado el 3G (Telefónica y Vodafone) no quieren dar fechas sobre su popularización, pero un millón de clientes los tendrán sin duda en menos de seis años, probablemente en la tercera parte de tiempo, aunque dependerá de la habilidad de operadoras y fabricantes para demostrar las ventajas del producto y, además, lo pongan al alcance del consumidor medio. Y, sobre todo, resulte un negocio, porque hasta el momento las operadoras europeas se han gastado, sólo en licencias, 130.000 millones de euros. Una ruina.

El móvil 3G implica más rapidez para navegar por Internet, descargas de audio, vídeo de mayor calidad y, lo más novedoso: la videollamada. Hay quien dice que será la primera killer app (servicio imprescindible) del 3G, pero necesitará su tiempo.

Las operadoras negocian el reparto entre ellas de las tarifas de interconexión cuando, por ejemplo, se realiza una videollamada desde un Vodafone a un videoteléfono de Telefónica Móviles y viceversa. "El servicio técnicamente funciona; falta el acuerdo de las tarifas entre las operadoras, que ya se está negociando. Llegará en las próximas semanas", asegura José Luis Cuerda, director de estrategias de servicios de Vodafone.

La situación es distinta al lanzamiento de la mensajería multimedia. Los clientes entonces tuvieron que esperar unos meses a que la interoperabilidad entre redes se hiciera realidad. Otro elemento imprescindible es la disponibilidad de aparatos.

A la espera de homologaciones, los primeros terminales ya están en la calle por 500 euros, un pesado inconveniente para el bolsillo del consumidor. Las operadoras aseguran que en Navidad el precio de los móviles 3G rondará los 300 euros. Motorola, Samsung y Sony Ericsson han sido los elegidos para el bautizo español. Se echa en falta al primer fabricante mundial, Nokia, quien asegura que, en Inglaterra, sus terminales 3G se han agotado.

Aparte del precio, tiene que mejorar la duración de la batería y su manejabilidad.

Otra de las cargas de la tercera generación es la falta de cobertura. Vodafone y Telefónica Móviles aseguran que los servicios están disponibles en las principales ciudades españolas, como Barcelona o Madrid. Pero el despliegue de antenas requiere su tiempo y, por lo tanto, la cobertura total tardará en llegar.

"En su momento se crearon unas expectativas altísimas, ahora vemos que va a ser una introducción progresiva y más suave. No va a haber una ruptura", dice Cuerda. Según fuentes de Telefónica, el mercado masivo 3G llegará en las navidades de 2005.

Para que el 3G tenga éxito, además, necesita otro factor: el servicio sorpresa. En el caso de la telefonía móvil, la industria no previó el éxito de los tonos, de los logos y, sobre todo, de los mensajes cortos SMS.

Esa función hizo del teléfono móvil un instrumento básico del vestuario personal, como el reloj o la cartera. Si la telefonía 3G quiere triunfar cuanto antes, operadoras, fabricantes y empresas de servicios tienen que descubrir el argumento básico para que 38 millones de móviles se pasen a la tercera generación.

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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