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Siete personas serán juzgadas por el escándalo de pederastia de Casa Pía

El 'número dos' de los socialistas portugueses queda libre de cargos

Siete personas serán juzgadas por crímenes de pederastia en los colegios Casa Pía de Lisboa, una institución benéfica portuguesa. La fiscalía había acusado a 10 personas, pero Paulo Pedroso, número dos del Partido Socialista; Francisco Alves, arqueólogo, y Herman José, cómico y presentador de televisión, no fueron acusados ayer por la juez Ana Teixeira e Silva, responsable por la instrucción del caso, a pesar de que lo fueron por la fiscalía. Pedroso era el único político implicado en este escándalo y estuvo cinco meses en prisión preventiva por ser considerado sospechoso de abusos sexuales a niños.

Los siete procesados son Carlos Cruz, uno de los más populares presentadores de la televisión portuguesa; Jorge Ritto, ex embajador en la Unesco; Hugo Marçal, abogado; Ferreira Diniz, médico; Manuel Abrantes, ex director de Casa Pía; Carlos Silvino, antiguo funcionario de la institución, y Gertrudes Nunes, dueña de la casa donde supuestamente se cometieron algunos de los abusos. Todos están acusados por varios crímenes de pederastia y de incitamiento a la prostitución. El juicio empezará después del verano.

El caso Casa Pía, que estalló hace un año y medio y desencadenó una convulsión social y mediática inédita en Portugal, ha llevado además a la apertura de casi 40 procesos autónomos que están actualmente en fase de instrucción.

La investigación que ahora llevará a juicio a siete personas empezó en noviembre de 2001, cuando la prensa portuguesa reveló que un empleado de Casa Pía, Carlos Silvino, llevaba 30 años abusando sexualmente de los niños de la institución con el conocimiento de los directores de los colegios, la policía y algunos políticos. A medida que la investigación fue avanzando, nació la sospecha de la existencia de una red de pederastas que operaba dentro de los colegios de Casa Pía. De esa red podrían formar parte destacadas personalidades del mundo artístico y político luso. Un grupo de psicólogos nombrado tras el escándalo concluyó que al menos unos 128 niños de entre los actuales 700 habían sido asaltados sexualmente.

El caso Casa Pía domina la actualidad portuguesa desde hace año y medio, y ha provocado un intenso debate sobre el estado de la justicia. El país se dio cuenta de que una persona puede pasar hasta cuatro años detenida sin llegar a ser juzgada y que un encarcelado preventivamente apenas tiene derecho a defenderse. Además, el caso denunció que hay demasiados presos preventivos en Portugal y destapó varios fallos en la investigación de la fiscalía.

El caso de Paulo Pedroso, ex ministro de Trabajo de António Guterres, fue ayer señalado por el presidente del Colegio de Abogados, José Miguel Júdice, como un ejemplo de todos estos fallos. Pedroso estuvo detenido cinco meses con acusaciones de testigos poco claras y pruebas muy débiles. Ahora, ni siquiera será juzgado.

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También la acusación contra Herman José tenía un fallo clarísimo: el cómico era acusado de un solo crimen en un día concreto. Pero en esa fecha, el artista estaba en Brasil, trabajando para una televisión privada. Nadie ha comprendido hasta hoy por qué motivo los investigadores de la fiscalía no confirmaron este dato y le acusaron del crimen.

Pedroso, <i>número dos</i> del Partido Socialista (izquierda), acude con su abogado a declarar el pasado diciembre.
Pedroso, número dos del Partido Socialista (izquierda), acude con su abogado a declarar el pasado diciembre.AP

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