El áspero relevo en la cúpula de Fiat castiga su valor en Bolsa

Fiat sufrió ayer turbulencias bursátiles y cerró la sesión con un descenso del 1,59%, tras llegar a caer hasta un 3% a media mañana. Fue la onda expansiva de la dimisión de Giuseppe Morchio, que el domingo abandonó de forma precipitada el cargo de consejero delegado. Morchio, símbolo de los esfuerzos por sanear Fiat, esperaba ocupar la presidencia de la empresa tras la muerte de Umberto Agnelli.

Cuando supo que la familia Agnelli había optado por Luca Cordero di Montezemolo, Morchio dio un portazo y se fue. Como sustituto de Morchio se perfilaba Sergio Marchionne, consejero de Fiat desde 2002 y administrador de la firma SGS.

En la mansión turinesa de los Agnelli se vivió un fin de semana de gran intensidad. El sábado, durante el sepelio de Umberto Agnelli, Giuseppe Morchio ocupó un puesto de honor. Se sentía el nuevo "hombre fuerte" y tras el acto expresó a los principales miembros de la familia (las hermanas del difunto avvocato Gianni, la hija de éste y el nieto, John Elkann) su disposición a ocupar simultáneamente los puestos de presidente y consejero delegado. Pero las personas de confianza de los Agnelli, encabezadas por el abogado Franco Grande Stevens, habían sondeado ya a los grandes banqueros italianos sobre esa posibilidad y habían obtenido una respuesta negativa. La banca, que sostenía los más de 4.000 millones de euros de endeudamiento neto de Fiat, no veía bien tal concentración de poder.

Modelo de empresa

A la familia tampoco le apetecía ceder por completo las riendas a Morchio. Temían, según informó ayer La Repubblica, que Morchio llevara a la empresa hacia un modelo organizativo convencional y tratara de desmontar las estructuras por las que los Agnelli seguían controlando Fiat como una empresa familiar. En cualquier caso, las opiniones bancarias resultaron decisivas. El sábado por la tarde, las cabezas del clan Agnelli decidieron que la presidencia y el máximo cargo ejecutivo debían seguir estando separados.

El domingo, poco después de las once de la mañana, Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari, una de las "joyas" del imperio Agnelli, recién elegido presidente de la patronal Confindustria, fue informado telefónicamente de que era el elegido para suceder a Umberto Agnelli.

Morchio fue informado un poco más tarde y sufrió una inmensa decepción. Se negó incluso a asistir al consejo de administración extraordinario que el domingo por la tarde formalizó la designación de Montezemolo: permaneció en una sala adjunta, en silencio. Luego anunció su dimisión y se fue.

"Lamento la marcha de Morchio", comentó escuetamente Montezemolo. Ayer, el primer ministro, Silvio Berlusconi, expresó su respaldo a Montezemolo y afirmó que Fiat es un "pilar" de la economía nacional.