El paro tiene rostro femenino
Las mujeres representan casi el 70% de los desempleados de Andalucía, con Córdoba, Cádiz y Jaén a la cabeza
Pilar Rivilla Blanco y su hermana Ana son dos ejemplos ilustrativos de las dificultades de la mujer en Andalucía para introducirse en el mercado de trabajo. La primera acabó su carrera de geóloga hace siete años, padeció muy pronto las desigualdades laborales en una empresa y ahora, con 34 años y a la espera de su primer hijo, no para de hacer cursos de formación para enriquecer su curriculum con el que poder competir en su profesión, tradicionalmente dominada por los hombres. Más obstáculos encuentra aún su hermana, Ana, que estudió biblioteconomía después de casarse y tener tres hijos. Todavía no sabe lo que es disfrutar de su primer empleo, pero a sus 40 años es consciente de que sus posibilidades se reducen.
El censo agrario revela que las mujeres sólo suponen el 23% de los propietarios de fincas
Estas dos mujeres jiennenses forman parte del cupo de las más de 270.000 andaluzas desempleadas, casi el 70% del total. Según el Anuario Social de La Caixa 2004, Andalucía no sólo tiene la tasa de paro femenino más alta de España (un 25,8%, frente al 15,8% de la media nacional), sino que tres provincias, Cádiz, Córdoba y Jaén, encabezan el liderazgo nacional. "Las mujeres tenemos que demostrar más que los hombres", asegura Pilar, inmersa en un curso formativo de gestión medioambiental para desempleados que promueve la Confederación Empresarial de Jaén. Sus compañeras María José Lorite y Marina Cebrián están en su misma situación. "Encima tenemos el añadido de la responsabilidad familiar", añade Ana, alumna de otro curso de auditorías en la Cámara de Comercio de Jaén.
El Consejo Económico y Social de Jaén contaba en un reciente informe que el paro femenino está 17 puntos por encima del masculino en la provincia, una situación que el presidente del órgano consultivo, Manuel Parras, achacaba a la alta dependencia del mercado de trabajo del sector agrario. Y es en el mundo rural donde el desempleo femenino adquiere una situación más dramática. Varias representantes de la asociación Olivar y Género trasladaron la semana pasada esta inquietud a la presidenta del Parlamento andaluz, Mar Moreno, a quien demandaron un "papel activo de intermediación" de la Cámara autonómica en la búsqueda de alternativas para las mujeres desempleadas.
Montserrat Moyano, presidenta de la Asociación de Mujeres Rurales de Andalucía (Ademur) asegura que el sector agrario ofrece un diagnóstico "ficticio" de la situación laboral de la mujer.
El censo agrario revela que un 34% son mujeres, pero sólo un 23% son propietarias de fincas agrícolas. Esta asociación y varias organizaciones agrarias vienen reclamando la cotitularidad de las explotaciones, algo que se frena por la exigencia legal para que coticen tanto el hombre como la mujer, una carga demasiada excesiva en el medio rural. "Sólo de esa manera se podrían reconocer los derechos individuales de las mujeres; ahora las mujeres están supeditadas al hombre", señala Montserrat Moyano, que valora la eficacia de programas como el Leader Plus o el Proder de cara a la diversificación de la oferta laboral de las mujeres. La falta de cotización de muchas mujeres en el medio rural les cierra la puerta para su incorporación a la renta agraria que, desde el año pasado, ha sustituido al antiguo subsidio de desempleo agrario.
La directora del Instituto Andaluz de la Mujer en Jaén, Natividad Redondo, admite la preocupación por la alta tasa de paro femenino, pero resalta que no se puede olvidar el avance que se ha producido en la última década en la incorporación de la mujer al mundo laboral. Solamente en la provincia se han creado 300 empresas desde 1994 a través del programa Vivem (Vivero de Empresas). "Nuestro punto de partida no era el mismo que el de otros territorios y por eso aún queda mucho camino por andar", señala. Este organismo también tiene en marcha el programa de orientación y preformación, Open, y el Univertecnia, para facilitar prácticas de empresas a universitarias.
El secretario general de UGT en Andalucía, Manuel Pastrana, cree que la alta tasa de paro femenino de Jaén está condicionada por las características de su mercado de trabajo, con un elevado peso del sector agrario. Pastrana apuesta por diversificar la actividad hacia otros sectores y reclama a la Junta de Andalucía un plan específico para las mujeres desempleadas de esta provincia, similar al que existe en la Bahía del Sur. Además, el dirigente de UGT anuncia que uno de los retos del próximo acuerdo de concertación social a negociar entre Administración, patronal y sindicatos debe ser la aplicación de "medidas específicas" en comarcas concretas de la comunidad autónoma para incentivar la creación de empleo femenino. Desde Comisiones Obreras de Jaén, la secretaria de la Mujer, Elena Pérez, se pone el acento en la baja tasa de actividad de la mujer (38,3%) frente al hombre (66,14%) y en la temporalidad (del 70%) de los contratos a menores de 25 años, algo que se asocia a que una cuarta parte de los accidentes laborales los sufran jóvenes.
Para la consejera de Igualdad y Bienestar Social del Gobierno andaluz, Micaela Navarro, tan preocupante como la alta tasa de paro femenino es la precariedad del mismo. Navarro responsabiliza de esta situación al anterior Ejecutivo, del PP, pues considera que el crecimiento de la economía y del empleo no se ha repartido de forma equitativa. "Ha habido un recorte brutal en todo lo que significa gasto social", se queja la consejera, que pone como ejemplo la escasez de escuelas infantiles de 0 a 3 años y las ayudas para la atención a personas dependientes. Se trata de tareas que, a juicio de Micaela Navarro, "suponen un obstáculo a la hora de que la mujer se incorpore en igualdad de condiciones al mundo laboral". En esta línea apuesta por el plan de familia de la Junta de Andalucía para "desarrollar el derecho individual de cada miembro de la unidad familiar para valerse por sí mismas".
