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Reportaje:REPORTAJE

Hijos de un solo sexo

Temíamos que la gente de por aquí desconfiara de nosotras", dice Sheri Ciancia, en el exterior de la casa de cuatro dormitorios que ella y su pareja compraron el pasado otoño en Tomball, Tejas. "Temíamos que no dejasen que sus hijos jugaran con los nuestros". "Pero teníamos que arriesgarnos", añade Stephanie Caraway, pareja de Ciancia desde hace siete años, sentada junto a ella en su patio de cemento, mientras su hija de ocho años, Madison, intenta batir su propio récord de botes consecutivos con el saltador. "No estamos dispuestas a vivir con miedo".

Un trío de niños de la vecindad asciende pedaleando por la entrada para coches, dice hola a las mamás, y pregunta a Madison si les deja utilizar su rampa para bicicletas. Los chicos suben y bajan por las suaves cuestas de la rampa mientras Madison sigue saltando, la imagen misma de la vida serena en un barrio residencial. "Tenemos que confiar más en los heterosexuales", dice Caraway. "Yo lo estoy intentando".

En los últimos años, las redes de apoyo para hijos de padres homosexuales y para los propios padres se han extendido de forma espectacular en Estados Unidos
Un tribunal federal de apelación ha respaldado la prohibición en Florida de que los homosexuales adopten niños, el único Estado de la nación en el que esto sucede

Cada vez son más. Las familias gay han llegado a la América de barrio residencial, a la América de ciudad de provincias, a la América del Cinturón de la Biblia, a todos los rincones del país. Según los últimos datos del censo, hay ahora más de 160.000 familias con dos padres del mismo sexo, y aproximadamente un cuarto de millón de niños, esparcidos por el 96% de los condados estadounidenses. Esto sin contar los niños que están siendo criados por padres y madres solteros homosexuales, cuyas cifras son probablemente mucho más altas, por encima del millón, según la mayoría de los cálculos.

Los padres gay dicen que sus familias se parecen mucho a las que están encabezadas por sus homólogos heterosexuales. "Yo sólo digo que tengo dos mamás", dice Madison, explicando cómo habla a sus amigos de sus padres (a los que se refiere como "mamá" y "mamá Sheri").

Muchos de los padres gay actuales, que se criaron con pocos modelos de rol paternal gay, dicen que han contribuido a introducir una cultura de la familia en la comunidad gay. "En la heterosexual, la adopción es una opción secundaria", dice Rob Calhoun, de 35 años, que adoptó con su pareja a una recién nacida hace 20 meses. "Pero en la comunidad gay es algo así como haber alcanzado el colmo del sueño americano".

Pero el sueño ha tenido sus costes. Los padres gay y sus hijos se han encontrado con frecuencia en muchas partes del país con fricciones con el mundo exterior, en forma de miembros de la familia que los menosprecian, compañeros de clase insensibles, y leyes que tratan a los padres del mismo sexo de distinta forma que a los padres heterosexuales. En general, los estadounidenses están divididos ante este tema. Una encuesta nacional realizada el invierno pasado descubrió que el 45% cree que los homosexuales deben tener derecho a adoptar y el 47% cree que no.

Mientras continúa el debate, el número de niños con padres homosexuales sigue creciendo. Según Gary Gates, un demógrafo del Instituto Urbano, una de cada tres parejas de lesbianas estaba criando un niño en 2000, comparado con una de cada cinco en 1990, mientras que el número de parejas de varones criando un niño había ascendido de una de cada veinte a una de cada cinco en el mismo periodo. El aumento se debe en parte a cambios en el censo, que en 1990 tabulaba a la mayoría de las parejas del mismo sexo que se identificaban a sí mismas como matrimonios normales. Sin embargo, en el de 2000, dichas parejas se tabularon como homosexuales y lesbianas.

Apoyo

En los últimos años, las redes de apoyo para hijos de padres homosexuales y para los propios padres se han extendido de forma espectacular. Hijos de Lesbianas y Gays de Todas Partes (Colage) tiene filiales en 28 Estados. La Coalición del Orgullo Familiar, cuyas docenas de organizaciones locales afiliadas atraen a padres gay que quieren que sus hijos conozcan a otros niños de homosexuales y lesbianas, ha duplicado su base de miembros y voluntarios en los últimos cinco años, hasta los 17.000. Las empresas de vacaciones como Olivia, fundada hace 30 años por viajeras lesbianas, ofrecen ahora paquetes diseñados especialmente para homosexuales y lesbianas con niños, y R Family Vacations, avalado por la antigua presentadora de televisión Rossie O'Donnell, lanzará este verano su crucero inaugural. No obstante, ni Colage ni Coalición del Orgullo Familiar tienen filiales en Misisipí, Dakota del Sur o Alaska, los Estados en los que hay más probabilidades de que las parejas homosexuales y lesbianas tengan niños. ("La forma de conducirte en un entorno más hostil", dice Gates, "es ir a lo tuyo y no atraer mucho la atención"). Muchos de estos Estados presentan también las mayores trabas legales a estas familias. Aproximadamente las dos terceras partes de los niños con padres del mismo sexo viven en Estados en los que la condición de segundo padre o la adopción conjunta -que permite a la pareja del padre o la madre biológico o adoptivo de un niño adoptar a este niño sin despojar al primer padre de sus derechos, algo muy semejante a la adopción de padrastros y madrastras- sólo se concede en ciertos condados, o no se concede en absoluto.

Los defensores de los derechos de los homosexuales argumentan que con frecuencia son los niños los que acaban padeciendo las consecuencias de las leyes que restringen la paternidad gay y los matrimonios entre personas del mismo sexo. Si uno de los padres sin relación legal con el hijo de su pareja muere, un niño de 10 años, cuyo padre no legal estuviera ganando 50.000 euros en el momento de la muerte, por ejemplo, perdería casi 116.000 euros en prestaciones de orfandad de la Seguridad Social, que sí se pagan a los hijos de parejas casadas, según datos del Instituto Urbano y la Campaña de Derechos Humanos.

Esto, además de los 84.000 euros de la Seguridad Social pagados al viudo/a -pero no a una pareja gay- cuyo cónyuge ganase 50.000 euros. Y si no hay leyes que los reconozcan como padres legítimos, es muy improbable que se pueda exigir a los padres no legales que paguen manutención del niño si abandonan a su pareja.

Restricciones

Algunos Estados han restringido recientemente más aún la adopción. A principios de este año, un tribunal federal de apelación ha respaldado la prohibición de Florida de que los homosexuales adopten niños, el único Estado de la nación en el que sucede esto. Arkansas prohíbe ahora a los homosexuales tener niños en acogida; Misisipí prohíbe la adopción a las parejas del mismo sexo; y Utah prohíbe las adopciones a todas las parejas no casadas. "Las asambleas legislativas que se opusieron al matrimonio entre personas del mismo sexo van a hacer presión para copiar lo que ha hecho Florida", dice el abogado John Mayoue. "Veremos más cosas de este tipo, que forman parte de la reacción en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo".

Aun así, las parejas homosexuales -especialmente las parejas de varones- están adoptando más que nunca. Un estudio realizado el año pasado descubrió que el 60% de las agencias de adopción aceptan solicitudes de homosexuales, cuando hace una década sólo había unas pocas que lo hicieran. El censo de 2000 mostraba que el 26% de parejas de varones homosexuales con niños designan un padre que se queda en casa, en comparación con el 25% de los padres normales. "Cuando tienes niños, tanto si eres gay como heterosexual, pasas un montón de tiempo preguntándote si lo estarás haciendo bien con tus niños; te quita el sueño", dice Mark Brown, de 49 años, cuya pareja se queda en casa con los dos niños pequeños que han adoptado. "No te queda mucho tiempo para preocuparte de lo que pueda pensar la sociedad heterosexual".

© 2004, US News & World Report.

Una pareja de homosexuales en San Francisco acude al supermercado con sus hijas adoptadas.
Una pareja de homosexuales en San Francisco acude al supermercado con sus hijas adoptadas.AP

Bandos irreconciliables

TRES DÉCADAS de investigación sociológica han provisto de munición a bandos irreconciliables en el debate sobre los padres gay. Muchos investigadores dicen que, aunque para los niños es mejor tener dos padres, la estabilidad de la relación de los padres es mucho más importante que el sexo al que pertenezcan. La Asociación de Psicología Americana, la Academia de Pediatras Estadounidense, la Asociación Nacional de Asistentes Sociales y la Asociación de Abogados Estadounidenses han hecho públicas declaraciones aprobando la paternidad gay. "No hay un solo estudio que haya hallado diferencias [entre los niños de padres gay y de padres heterosexuales] que puedan interpretarse como perjudiciales", dice Judith Stacey, catedrática de Sociología, Género y Sexualidad de la Universidad de Nueva York, y defensora de los derechos de los homosexuales.

Un estudio del que Stacey es coautora, y que ha sido ampliamente citado tanto por defensores como por adversarios, descubrió que los hijos de lesbianas son más propensos a considerar la posibilidad de tener relaciones homosexuales (aunque no más propensos a definirse como homosexuales en la edad adulta) y menos propensos a mostrar una conducta estereotipada en función de su género. "Si pudiéramos acabar con algunos de los estereotipos de la sociedad relacionados con el sexo, sería algo estupendo", dice Ellen Perrin, profesora de Pediatría en el hospital Floating para niños del Centro Médico de Tufts, Nueva Inglaterra. Maier, de Focus on the Family, discrepa: "¿Así que no tienen estereotipos rígidos de sexo? Eso es confusión de la identidad sexual".

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