Frivolidad del PP
La petición de indulto por parte del Ayuntamiento de El Ejido para dos condenados por agresión y secuestro de dos inmigrantes no es un asunto que se pueda resolver con frivolidad e indiferencia. Sobre todo, cuando aún permanecen frescos en la memoria los graves incidentes vividos en el municipio hace poco más de cuatro años.
El presidente del PP andaluz, Javier Arenas, no lo ha entendido así y como siempre se ha deslizado irresponsablemente por la pendiente de la superficialidad y de la falta de altura de miras. Después de una semana de mutismo absoluto, ha intentado tapar sus vergüenzas acusando al presidente de la Junta, Manuel Chaves, de intentar criminalizar a todo un pueblo y animándolo a no ser tan políticamente correcto con el fenómeno de la inmigración por censurar la petición de indulto. Una vez conocido el acuerdo del Ayuntamiento de El Ejido, los socialistas hemos sostenido nuestro rechazo a una actuación con la que se transmite un mal mensaje que no ayuda a la integración. Una salida de tono tan desafortunada como la de Arenas no ayuda a crear un clima que frene la intolerancia, más bien todo lo contrario.
Durante días, Arenas ha mantenido un vergonzoso y deleznable silencio en torno a un asunto que le quema en las manos y sobre el que no se ha atrevido a alzar la voz para censurar a su compañero de partido y alcalde del municipio almeriense, Juan Enciso. Arenas no ha querido en ningún momento desautorizarlo, a pesar de las reiteradas peticiones de algunos dirigentes populares hartos de sus actitudes xenófobas.
El pragmatismo de escaparate de Arenas obedece exclusivamente a cuestiones internas. El enfrentamiento entre familias del PP en Almería es de sobras conocido y los últimos meses están jalonados de trifulcas. Por un puñado de votos en El Ejido, se ha alineado con la ultraderecha de su partido en Almería y ha desairado al sector más moderado. A Arenas le interesa más un arreglo en clave orgánica que buscar soluciones para la inmigración.
En el PSOE se ha reaccionado a tiempo y contundencia. Ítem más, el portavoz municipal ha asumido sus responsabilidades y ha dimitido de todos sus cargos, actuando de forma coherente con su error y dignificando la política.
En el PP nadie ha dimitido. Actitudes diferentes y estilos contrapuestos los que mantienen, y mantendrán siempre, PSOE y PP en casos de este tipo. Se trata de una cuestión de talante, de no fomentar bajo ningún concepto situaciones que puedan generar violencia o puedan terminar dividiendo y enfrentando a un municipio. La tranquilidad y la unidad necesarias para alcanzar la tan ansiada integración no nacen de posturas como la mantenida por el presidente del PP andaluz; la del hondo silencio sólo roto para acusar al presidente de la Junta de intentar "criminalizar" a todo un pueblo. Los términos también son fundamentales para calmar ánimos encendidos y palabras tan gruesas no ayudan a crear un clima idóneo para la integración. Y con ellas, hay que tener cuidado.
Luis Pizarro es secretario de Organización del PSOE andaluz
