Aguas termales en un marco desnudo
Piedra y agua en Vals, un balneario minimalista en los Alpes suizos
Ejemplo de arquitectura en estado puro enclavado en un extenso valle rodeado de bosques de pinos, este espacio mágico remite a un extraño cruce entre el pabellón de Mies van der Rohe en Barcelona y algunas de las escenas del monolito del filme 2001, una odisea en el espacio, de Stanley Kubrick. Una sobriedad y simplicidad zen: la búsqueda de simultaneidad entre tiempo y espacio y el intento de unificar lo vacío y lo sólido.
En las habitaciones, rediseñadas por Zumthor y sin televisión, el visitante se encuentra con un equipo de alta fidelidad acompañado de unos pocos CD bien elegidos: Miles Davis, Keith Jarrett, Brahms, conciertos para piano de Mozart y obras de J. S. Bach. Una selección de sonidos que da una idea clara del tipo de entorno que se ha intentado crear. La eliminación de lo superfluo, tanto a nivel visual como auditivo y sensorial. Un entorno en el que es realmente posible desconectar: sin ruidos, fiestas, canciones del verano o animadores.
Gregoriano y Ligeti
Un largo pasillo conduce al espacio central de los baños en este templo del minimalismo. El área principal está a su vez dividida en varias piscinas termales con características propias. Piscina interior a 32 grados centígrados, piscina exterior de invierno a 36 y de verano a 30, el baño de fuego a 42 y el baño de hielo a 14. Espacios especialmente conseguidos como el baño de resonancias, una especie de tubo o caja de piedra de varios metros de altura donde el juego de luces y la música, mezcla de canto gregoriano y corales de Ligeti, generan una sensación de aislamiento y bienestar extraordinarios. Un espacio íntimo, primordial, una gruta al abrigo de toda agresión o influencia exterior donde el visitante tiene la impresión de flotar en el espacio. Encontramos también el baño sonoro, un espacio mínimo donde suena una música mineral compuesta especialmente para las termas por el compositor suizo Fritz Hauser, disponible también en CD en todas las habitaciones. Al caer la noche sólo tienen acceso a las termas los clientes del hotel, lo cual crea una sensación aún mayor de intimidad y bienestar.
"El Ayuntamiento compró el viejo edificio en 1983", comenta Annalisa Zumthor, esposa del arquitecto y directora del establecimiento; "se convocó un concurso, ganado por Peter Zumthor. Inmediatamente se decide crear otro espacio, único y excepcional, a fin de atraer al público hasta un rincón tan apartado". Arquitectura reduccionista, realizada a partir de materiales básicos, como la cuarcita de Vals extraída de las minas de la región. La idea original era crear la terma dentro de la montaña, pero, dado que el proyecto se demostró muy difícil de realizar, se optó finalmente por traer la montaña a las termas. Se implantó la construcción, un inmenso bloque negro, en la montaña, integrado en el paisaje.
El edificio de las termas se ha levantado agregando capa tras capa de cuarcita de Vals, hasta un total de 60.000 piezas. Annalisa Zumthor destaca que la piedra no es sólo un elemento decorativo, sino que cumple también una función estructural como sostén del techo. En cuanto a las aguas termales, el 50% va destinado a los baños y el otro 50% se embotella y vende como agua mineral etiquetada Valser, de prestigio en Suiza.
El peso de la artesanía
Peter Zumthor nació en Basilea en 1943 y se formó como ebanista antes de pasar a la arquitectura, que estudió en Suiza y Nueva York. En 1979 se instaló en la región suiza del Grisón. Además de estas termas (acabadas en 1996), entre sus obras destacan el centro de arte de Bregenz (Austria) y la capilla Saint Benedict en Sumvitg (Suiza). La esencia de su arquitectura está en la experiencia de las texturas, el juego de la luz, la celebración de la manualidad y la kinestesia de los espacios, según escribe Richard Ingersoll. "Cada uno de sus trabajos toca extremos en la eliminación de lo superfluo creando una paradoja: una arquitectura de materiales puros y espacios continuos que es a la vez imposiblemente sencilla, aunque envolventemente misteriosa".
Sus termas de Vals son desde 1998 edificio protegido por el cantón de Graubünden y constituye uno de los mayores logros de la arquitectura suiza contemporánea. En palabras de Peter Zumthor: "Montaña, piedra, agua. Construir en la piedra, construir con piedra, dentro de la montaña, construir de la montaña, estar dentro de la montaña. ¿Cómo pueden ser interpretadas arquitectónicamente las implicaciones y la sensualidad asociadas a estas palabras? Todo el concepto ha sido diseñado siguiendo estas preguntas, y así ha ido tomando forma paso a paso".
DATOS PRÁCTICOS
El balneario reabre sus puertas hoy, 29 de mayo (el hotel hará lo mismo el 10 de junio). Entrada a los baños, 28 euros.
- Hotel Therme (00 41 81 926 80 80; www.therme-vals.ch). Vals. En junio, tres noches, media pensión y tratamientos, 665 por persona.
- Cómo llegar: desde Zúrich, en tren (información: www.sbb.ch) o coche (168 kilómetros). También se puede llegar desde Ginebra (algo más de 400 kilómetros). Vals tiene 1.012 habitantes y está situado a 1.250 metros de altura.
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