La población critica la pasividad del Gobierno dominicano ante las inundaciones
Las autoridades temen que más de 1.700 personas hayan muerto en Haití
La cifra de muertos que han dejado las torrenciales lluvias y las riadas desatadas la madrugada del lunes en el sur de la isla La Española -compartida por República Dominicana y Haití- no deja de aumentar. En el primero de los países las víctimas mortales son ya 329, pero hay casi 400 desaparecidos. Las críticas a la actuación del Gobierno de Hipólito Mejía son ásperas. Le culpan de no haber dedicado apenas medios para paliar el desastre. En Haití, la catástrofe es peor. El Gobierno asegura que más de 1.500 personas han perdido la vida o han desaparecido.
Las autoridades de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) habían contabilizado 329 cadáveres hasta el mediodía de ayer (seis horas más en España) y casi 400 desaparecidos. En Haití, ya se han recuperado 658 cadáveres, si bien las autoridades no escondían su temor de que la cifra final ronde los 1.700, dada la gran cantidad de personas cuyo paradero se desconoce.
"Esperamos que sigan apareciendo más cadáveres", dijo ayer por la mañana el vicealmirante Radhamés Lora Salcedo, director de la CNE dominicana. "Estamos buscando en el lago [Enriquillo], en la isla Cabrito y toda esa zona, que es donde se vertieron las aguas y donde muchos de ellos están enterrados, y tú sabes que los cadáveres después del tercer día flotan", dijo el oficial minutos antes de salir para Jimaní, donde iba a preparar la llegada del presidente de la República, Hipólito Mejía.
En este pueblo de 8.000 habitantes devastado por la riada, los sobrevivientes y voluntarios que colaboran en el rescate de víctimas criticaban la falta de presencia gubernamental en el lugar.
Cuatro días tardó el mandatario dominicano en visitar la zona. Ni él ni otros altos funcionarios, como los secretarios (ministros) de Salud o de Obras Públicas -que acompañó ayer a Mejía, junto al embajador de Estados Unidos, Hans Hertell- habían acudido al área de la tragedia. Sólo el secretario de las Fuerzas Armadas, José Miguel Soto Jiménez, visitó el área el miércoles durante unas horas.
Sobrevivientes de Jimaní dijeron que las autoridades habían sido "muy flojas" en las tareas de rescate y de ayuda a la población. Soledad Trinidad, del equipo de socorro de la iglesia católica en Jimaní, cree que se hubieran podido salvar más vidas. "Si hubieran llegado por lo menos tres helicópteros, y no uno, y con poco combustible... Eso obligó a paralizar el rescate al mediodía", se lamentaba Trinidad.
La ayuda humanitaria comenzó a llegar a Jimaní ayer en mayor cantidad. Sin embargo, quienes se encargan de transportar agua, ropa, alimentos y medicamentos se quejaban de que no había a quién entregar el material. En muchos casos, los responsables de las ONG optaron por dárselas a las congregaciones religiosas para que se ocuparan del reparto. Sergio Sarita Valdez, ex director del Instituto de Patología Forense de Santo Domingo, hacía hincapié en la falta de previsión y en el hecho de que los cadáveres son enterrados sin meter en fundas plásticas. "Cualquiera le hubiese regalado esas bolsas. En Patología Forense había cientos, eso no es caro", afirmó.
Gerárd Latortue, primer ministro de Haití, sí viajó el martes al sureste del país, en la zona fronteriza con República Dominicana, apenas 24 horas después de la catástrofe. Allí, la delegada del Gobierno, Margareth Martin, declaró a una emisora de radio que al menos 1.500 personas han muerto o están desaparecidas en varias localidades.
Mapou es la región más afectada. La funcionaria haitiana estimaba en 1.000 los muertos y desaparecidos. En otras localidades, como Bodarie, Belle Anse, Thiotte y Grand Gosier, los cálculos arrojan la cifra de unos 500 muertos o desaparecidos. Si a eso se le suman los 158 cadáveres hallados en Font Verrette, el total de víctimas mortales en Haití ascendería a unas 1.700.
Ayuda española
Los responsables de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) se reunieron ayer con delegados de 23 ONG para coordinar la ayuda que se va a prestar a Haití y República Dominicana después del desastre causado por las torrenciales lluvias y las riadas.
Fuentes de la AECI citadas por Efe aseguraron que la ayuda debe centrarse en el suministro inmediato de agua y medicamentos. A medio plazo, se tendrá que hacer hincapié en la rehabilitación de viviendas y en volver a hacer productivas las explotaciones agrícolas.
Unicef destacó que la zona fronteriza entre la República Dominicana y Haití es de las más pobres de la isla Española y donde los niños están más expuestos a contraer enfermedades infecciosas. Uno de cada tres menores de esta zona nunca ha sido vacunado.
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