Estudiante de veterinaria en Rumania, albañil en España
El rumano Soiko Ovideu Anton lleva cuatro meses en España. Había trabajado dos semanas en la construcción y cuidando niños, aunque desde hace tres se hallaba en paro. Según un compañero de piso, también rumano, estaba cursando estudios de veterinaria en su país, carrera que dejó por falta de recursos. "Vino a España con sus padres para ganar dinero y seguir estudiando", asegura su compañero de piso. Sin embargo, no pudo encontrar un empleo estable. "En los últimos días estaba muy nervioso porque no encontraba trabajo. Le agobiaba la falta de dinero y decía que en España es muy difícil encontrarlo para un extranjero", afirma.
Según el mismo compañero, la madre del atracador vive en Madrid capital con su segundo marido, que hace poco tiempo volvió a encontrar trabajo, y que ella no escatimaba esfuerzos para ayudar económicamente a su único hijo.
El compatriota confesó que no entendía qué le había sucedido a Soiko Ovideu, ni cómo se le ocurrió asaltar un banco, aunque añadió que en la últimas semanas se había juntado con gente "extraña" y que la noche anterior no había dormido en la vivienda, sita en el barrio de los Reyes Católicos.
"Tenía la esperanza de poder encontrar un trabajo fijo para volver a Rumania; comprar un piso, y formar una familia con su novia, que vive allí", añadió el compañero. Éste barajó la posibilidad de que pudiera estar drogado o alcohol, debido a que le había notado "la voz diferente" cuando habló con él a través del teléfono móvil. El compatriota recordó también que Soiko "estaba buscando 200 0 300 euros porque decía que con ese dinero iba a ganar mucho más". Eso induce a sospechar que empleó tal cantidad para adquirir las dos armas de imitación.
El director general de la Policía, Víctor García, estuvo permanentemente informado de los sucesos. Tras el desenlace, felicitó a los agentes que intervinieron en la operación.
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