Las bolas de Camper son de arroz

Zapatero a tus zapatos. Durante años Camper ha mantenido esa filosofía, pero en ella también bullían otros proyectos. La zapatera mallorquina inicia la diversificación de la marca con la apertura de un local en el Raval barcelonés. Una tienda que no es zapatería ni bar, más bien es un lugar para transmitir la cultura del comer. En Food Ball, de la calle de Elisabets, se pueden comer a cualquier hora del día bolas de arroz rellenas con complementos, como verduras. "Lo llamamos comida de verdad y semillas de libertad, libre de pesticidas, de grasas animales, abonos químicos y radiaciones", explica Guillem Ferrer, director del proyecto. En sus frecuentes viajes a Japón, Ferrer descubrió que los antiguos soldados nipones se iban a la guerra cargados de bolas de arroz con las que subsistían.

Camper, que traspasó fronteras gracias a sus zapatos con suelas de bolas, ahora las fabrica digeribles. Y siempre originales. "Ésta es comida para todas las edades y para todos los bolsillos. Comida que va de la tierra a la mesa. No existe otra ciudad como Barcelona para lanzar un proyecto de estas características. Combinamos la comida de verdad con la bioconstrucción y los productos locales de los payeses", dice Ferrer.

Sin necesidad de cubiertos, en Food Ball no hay mesas. El público se lleva la comida o se sienta en unas gradas donde hay sitio para la bicicleta. Mientras se degustan las bolas se oyen sonidos de la naturaleza y se proyectan vídeos domésticos de animales y plantas. En Food Ball el agua es gratis. Sus responsables han diseñado un sistema para filtrarla que elimina los metales pesados y el gusto a cloro.

Este oasis de Camper, que reemplaza el placer de caminar por el de comer, no será el único. La empresa prevé abrir más comedores, incluso en el interior de sus zapaterías. El mundo de Camper se completará a final de año con el hotel Casa Camper.