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La UE promete que mantendrá su ayuda a América Latina a pesar de la ampliación

Los Veinticinco acuden a la cumbre de México con el deseo de acuerdos de libre comercio

Latinoamérica no ha caído en el olvido tras la ampliación de la UE a 25 países el pasado 1 de mayo. Así lo recalcan responsables de la Comisión Europea en vísperas de la cumbre de Guadalajara (México), que se celebra a finales de esta semana y a la que están invitados los 25 líderes de la Unión, junto con 33 dirigentes latinoamericanos y caribeños. Europa busca la ayuda de Latinoamérica para reforzar el papel de la ONU y desea también establecer acuerdos de libre comercio con los diferentes bloques de la región, según añaden esas fuentes.

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"Existe el deseo común de respaldar el multilateralismo y el papel central de la ONU en la solución de conflictos internacionales y dar con políticas más eficaces en la cooperación contra el terrorismo, la proliferación de armas, el tráfico de drogas o la emigración", señala el comisario europeo de Relaciones Exteriores, Chris Patten. "Es verdad que ya se esbozó en la Cumbre de Madrid hace dos años, pero no ha sido suficiente", admite.

Patten niega que Latinoamérica haya pasado a un segundo plano tras la ampliación y recuerda que la UE es el primer donante, el mayor inversor y el segundo socio comercial del subcontinente después de EE UU. "El 20% de nuestra asistencia económica se destina a la región, hemos logrado rebajar a la mitad el plazo de entrega de nuestros compromisos, tenemos ya suscritos acuerdos de asociación con México y Chile, estamos en vías de lograrlo con Mercosur y queremos hacerlo en el futuro con los países de Centroamérica y del Pacto Andino", agrega.

"No se trata de que en Guadalajara el debate se centre en fechas, sino en cómo lanzar las negociaciones, lo cual dependerá de la capacidad de integración regional y del éxito de la Ronda de Doha", afirma el responsable europeo al referirse a la futura colaboración de la UE con los países centroamericanos y andinos.

"No hay razón para que se sientan frustrados, pero es absurdo establecer acuerdos de libre comercio si ellos mismos no tienen capacidad exportadora", comenta Patten. Los europeos propondrán a los líderes de esas dos subregiones una evaluación conjunta de los procesos de integración para después pasar a la negociación pura y dura, quizás en 2005, ligada al éxito de Doha. Hay países como España o Portugal, sin embargo, que serían partidarios de abrir negociaciones ya.

Mucho más concreta y consolidada parece la relación de la UE con los países de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), con quienes Bruselas negocia desde 1999 un acuerdo de asociación. "Existe la voluntad por las dos partes de cerrar las conversaciones en octubre", afirma Patten. "Estamos en la recta final. Confío en que se alcance un marco esencial en Guadalajara y queden sólo los ajustes técnicos para después", manifiesta por su parte el comisario de Comercio, Pascal Lamy.

Las negociaciones con Mercosur han entrado en su fase más crítica tras las últimas ofertas propuestas por ambas partes. Los cuatro miembros del bloque regional reclaman mayores concesiones en el acceso a sus productos agropecuarios, al tiempo que los europeos exigen más apertura a sus productos industriales, servicios, inversiones y compras públicas.

Lamy es también de los que considera "injustificado" el temor latinoamericano tras la ampliación de la UE. "El impacto ha sido nulo y no es previsible que cambie en el futuro", añade. Las exportaciones europeas a Latinoamérica se cifran actualmente en 57.500 millones de euros y las importaciones, en 53.700 millones, lo que significa un incremento del ciento por ciento desde 1990. Se apunta la posibilidad de crear un área de libre comercio entre las dos partes en 2010. Tal meta no resulta del todo una quimera, si se tiene en cuenta que para entonces la apertura comercial con México y Chile será total y en vías de poder serlo con Mercosur.

Para Patten el panorama social latinoamericano es preocupante: el 45% de la población vive por debajo de la línea de pobreza y el 10% de los ciudadanos con mayores ingresos posee un 40% de la riqueza del subcontinente.

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