Dos detenidos matan a un policía en Barcelona tras robarle el arma en el juzgado de El Prat
Los agresores, que no iban esposados, huyeron por el garaje e hirieron a un albañil
Un agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) murió ayer en El Prat de Llobregat al recibir un disparo en el cuello realizado por un detenido al que custodiaba en los juzgados de esta población barcelonesa. El agresor y su acompañante, que no estaban esposados, arrebataron el arma al agente y salieron del edificio judicial por el garaje. En el exterior robaron un vehículo pistola en mano y emprendieron la huida disparando contra otro policía. Una de estas balas rebotó en una pared e hirió de gravedad a un albañil que trabajaba en la fachada del inmueble judicial.
Los hechos ocurrieron sobre las 13.55 horas en la zona de los calabozos de los juzgados de El Prat, situados en los bajos del número 39 de la calle de Narcís Monturiol, edificio en el que también hay viviendas. Fuentes judiciales explicaron que a esa hora los detenidos Antonio Jiménez Hernández, de 35 años, y Julio Navarro Fernández, de 28, acababan de prestar declaración y se encontraban en las inmediaciones de los calabozos de los juzgados a la espera de entrar en el furgón policial que les iba a conducir a prisión por decisión del juez de guardia. Los dos detenidos acumulan numerosos antecedentes por delitos graves, como homicidios y atracos, y habían sido arrestados el pasado sábado en El Prat en cumplimiento de una orden de busca y captura dictada contra ellos.
En el momento en el que iban a entrar en el furgón policial, uno de los dos policías que les custodiaba se apartó de ellos para realizar una gestión, lo que fue aprovechado por los detenidos para arrebatar el arma reglamentaria al agente Antonio D. F., de 25 años, y acto seguido disparar contra él. El tiro le alcanzó en el cuello y le produjo la muerte instantánea. Los agresores dispararon también contra el otro policía, que pudo repeler el ataque y no sufrió heridas. Fuentes policiales explicaron que los dos detenidos, de forma inusual, no se encontraban esposados cuando ocurrieron los hechos, aunque no pudieron precisar el motivo de que fuera así. El agente fallecido era natural de Badalona y había sido destinado hace poco tiempo a El Prat en tareas de refuerzo.
Parte médico favorable
En el tiroteo que durante la huida mantuvieron los delincuentes y el otro policía resultó herido accidentalmente por impacto de bala Francisco J. S., de 50 años, un albañil que estaba subido en un andamio instalado en el edificio judicial y al que había contratado la comunidad de vecinos para realizar unos trabajos de rehabilitación de la fachada. La bala le afectó a la zona cervical y fue trasladado al cercano hospital de Bellvitge, donde ingresó con las constantes vitales estables. Allí fue intervenido quirúgicamente y en el parte médico facilitado tras la operación se asegura que mantiene las constantes vitales y que no se teme por su vida.
Tras cometer el crimen, los dos delincuentes salieron por el garaje de los juzgados y robaron pistola en mano un vehículo Audi 3. El automóvil fue localizado por la policía poco después junto al edificio número 403 del barrio de Sant Cosme de El Prat, por lo que se sospecha que los prófugos se encuentren escondidos en algún inmueble cercano.
Esa zona, conocida como las 801 viviendas, está habitada mayoritariamente por familias de etnia gitana y se considera uno de los supermercados de la droga de Cataluña. La policía desplegó ayer por la tarde un impresionante dispositivo de seguridad, cercó los accesos al barrio e instaló numerosos controles que obligaban a identificarse a todos los vecinos que pretendían entrar en la zona. Los investigadores disponen de fotografías de los dos huidos y confían en que en los próximos días puedan ser detenidos.
El director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, se trasladó ayer a Barcelona nada más conocer los hechos para seguir de cerca las investigaciones. El máximo responsable policial acudió al edificio de los juzgados para interesarse por los detalles de lo ocurrido. Allí coincidió con el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, y con el fiscal jefe de Cataluña, José María Mena. El juez de guardia, que apenas cuatro horas antes había ordenado el ingreso en prisión de los dos detenidos, acordó después el levantamiento del cadáver en el edificio judicial. A las 17.45 horas un vehículo funerario abandonó las dependencias judiciales. La capilla ardiente quedó instalada anoche en la Delegación del Gobierno de Cataluña y hoy se celebrarán las honras fúnebres. El juzgado de guardia ha decretado el secreto del sumario de las investigaciones.
Sant Cosme es un barrio obrero del área metropolitana de Barcelona, degradado en alguna zona, que en los últimos 20 años ha sufrido un proceso de rehabilitación sin precedentes, hasta el punto de que se han derribado todos los pisos para construirlos de nuevo. El área donde supuestamente se refugian los dos prófugos, contigua a la carretera que conduce al aeropuerto, ha sido históricamente la más conflictiva del barrio.
Atracadores con antecedentes y un homicidio
Los detenidos que ayer huyeron de los juzgados de El Prat de Llobregat tienen numerosos antecedentes policiales por delitos graves. Antonio Jiménez Hernández, de 35 años, ha sido detenido en 16 ocasiones por atracos y tenía pendientes tres reclamaciones judiciales.
Fuentes policiales explicaron también que en 1987 Jiménez Hernández cometió un asesinato por el que ya cumplió condena durante varios años.
El otro arrestado, Julio Navarro Fernández, de 28 años, acumula 30 detenciones por delitos contra la propiedad y otras ocho reclamaciones judiciales.
Los juzgados de El Prat de Llobregat figuran entre los órganos que registran un mayor volumen de trabajo de toda Cataluña porque a ellos les corresponde investigar los centenares de delitos que se producen cada año en el aeropuerto de esa población y en el barrio de Sant Cosme, especialmente a causa del tráfico de drogas. Sin embargo, unos juzgados tan masificados no cuentan todavía con un edificio judicial mínimamente digno, sino que están en los bajos de un inmueble de viviendas.
Esto provoca graves deficiencias en el dispositivo de seguridad, a cargo de un vigilante privado, y contribuye a explicar por qué pudieron huir ayer los dos detenidos. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Guillem Vidal, ha criticado en varias de sus memorias anuales esas condiciones de seguridad de algunos juzgados, que afectan también a la misma ciudad de Barcelona. Hace unos meses, sin ir más lejos, ardieron unas dependencias por motivos nunca aclarados, pero que son fáciles de imaginar a la vista de las deficientes instalaciones eléctricas.
El Gobierno de CiU construyó durante años decenas de oficinas judiciales en varias poblaciones catalanas, principalmente en el interior. Pero El Prat sigue esperando, igual que otros municipios del entorno metropolitano.
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