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LA PRIMERA REUNIÓN ENTRE EL PRESIDENTE Y EL JEFE DE LA OPOSICIÓN

Zapatero y Rajoy se enfrentan por el método de reforma de los estatutos

El PSOE rechaza la petición del PP para marcar a las autonomías los límites de los cambios

El primer encuentro oficial entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, se saldó con un rotundo desacuerdo sobre el alcance y método de las reformas de los estatutos de autonomía. Zapatero planteó a Rajoy que la iniciativa de esas reformas corresponde a los Parlamentos autónomos con el único límite de la Constitución. "La primera palabra la tiene cada Parlamento autónomo, y la última, la Constitución", resumió un portavoz. Rajoy reclamó un marco sobre el alcance máximo de esas reformas para impedir que, por la vía de los hechos, las autonomías decidan qué competencias le quedan al Estado. Eso, según Rajoy, deben decidirlo el Gobierno y las Cortes.

Rajoy pidió vigilar el proceso para que "no disminuya la solidaridad interterritorial"
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La reunión duró hora y media y fue, según ambas partes, cordial. Zapatero salió a recibir a Rajoy. El presidente propuso al líder de la oposición institucionalizar sus encuentros con la celebración de, al menos, dos al año, y los que surjan, con lo que marcó distancias con José María Aznar que sólo recibió a Zapatero dos veces en cuatro años. También le ofreció a Rajoy todo el apoyo de Exteriores en los viajes que realice

éste al extranjero. Y enfatizó su apoyo a la reforma del Reglamento del Congreso para aumentar el control al Gobierno por parte del Parlamento.

Pero la cordialidad no evitó el desencuentro. Sobre todo, respecto a cómo debe planificar el Gobierno las reformas de los estatutos de autonomía. Zapatero, según resumió después uno de sus portavoces, le dijo a Rajoy que hay dos límites claros en estas reformas: "La primera palabra la tienen los parlamentos autónomos y la última la tiene la Constitución". En la actualidad, la mayoría de las comunidades autónomas quiere reformar sus estatutos de autonomía.

Zapatero precisó que como en este proceso participan comunidades de régimen especial, en las que gobiernan partidos nacionalistas y regionalistas, no tiene sentido un pacto previo entre el PP y PSOE como sucedió en 1992 y 1996. Entonces el pacto se limitó a los dos grandes partidos porque las comunidades afectadas por la reforma, las de régimen común, estaban gobernadas exclusivamente por el PP o el PSOE. El presidente también le comentó a Rajoy que el proceso de reformas estatutarias será "generalizado y no idéntico". Un portavoz utilizó después el siguiente símil para explicarlo: "Las reformas estatutarias no serán fotocopias unas de otras pues responderán a factores propios de cada autonomía".

El presidente pidió a Rajoy que no se precipite en reclamar que se ordenen previamente las reformas de los estatutos, con un pacto previo entre el PP y PSOE, pues "aún no hay un solo anteproyecto de Estatuto". El proceso "va a ser largo", aseguró el presidente, según fuentes cercanas a Zapatero. Estas fuentes añaden que el presidente garantizó a Rajoy que habrá "mucho diálogo bilateral y multilateral", con el PP y con los partidos nacionalistas y regionalistas antes de que las reformas pasen el trámite de las Cortes.

Rajoy aseguró tras la reunión que él se "apunta al diálogo", pero que el problema no es ése. A su juicio, el mayor riesgo que corre el Ejecutivo si no fija un marco previo de cuál será el alcance, el método y el calendario de las reformas estatutarias es que "el proceso se le vaya de las manos". Esto significa, según Rajoy, que "las autonomías decidan, por exclusión, cuáles son las compentencias que le quedarán al Estado". Y esto, según el PP, "no es de recibo" pues deben ser el Gobierno y las Cortes quienes fijen cuáles son las competencias que, de forma exclusiva, competen al Estado y cuáles son transferibles. Es decir, en su primer encuentro en La Moncloa, Rajoy no logró que Zapatero aceptase un pacto entre el PSOE y el PP sobre qué competencias son intransferibles a las comunidades autónomas.

Pero Zapatero recordó a Rajoy que las reformas estatutarias tienen unos límites que vienen marcados por la Constitución, el consenso entre los partidos y el avance en una mayor cohesión dentro de cada comunidad afectada.

Rajoy propuso a las reformas estatutarias unas condiciones bastante similares a las de Zapatero: que cumplan la Constitución y no obliguen a ninguna reforma, sobre todo el Título VIII, el de las autonomías; que cuente con el máximo consenso en la comunidad afectada; que acepte que estas reformas deben contar con el respaldo de los dos grandes partidos. Y también que sean el resultado de un doble acuerdo, de la autonomía con el Gobierno y de ésta con el Parlamento de la nación, y que evite asimetrías entre autonomías.

Sobre qué significan esas asimetrías fueron preguntados después tanto Rajoy como el portavoz que informó en nombre de Zapatero. El líder del PP aclaró que no quiere ni imponer ni negar competencias que unas autonomías quieran y otras no. Lo que defiende, dijo, es que se vigile que el proceso "no disminuya la solidaridad interterritorial".

El portavoz socialista expresó su acuerdo en este extremo que, en todo caso, afecta al nuevo sistema de financiación autonómica. Sobre este asunto tampoco hubo acuerdo, pues aún no hay una propuesta concreta del Gobierno. Rajoy pidió que se haga sólo si hay unanimidad, y "sin deteriorar las cuentas del Estado".

Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, durante su encuentro en La Moncloa.
Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, durante su encuentro en La Moncloa.RICARDO GUTIÉRREZ

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