El Ejido de nuevo

Estimados señores Chaves y Arenas: me dirijo a ustedes por la posición que tienen en el seno de sus partidos, así como por las responsabilidades de gobierno que respectivamente tienen o han tenido, por la responsabilidad ética que tienen ante los ciudadanos de velar por los valores democráticos y por el deber de ser guardianes de la convivencia.

Recuerden los hechos tan graves ocurridos en la localidad de El Ejido en el año 2000 y que desembocaron en la persecución de la comunidad marroquí en la localidad. Recuerden ustedes que el Gobierno, aun teniendo la obligación de proteger la integridad de las personas y sus bienes en su territorio según las Convenciones de Derechos Humanos y de Trabajadores Inmigrantes, no movió ni un ápice dando el mal ejemplo a la ciudadanía, sobre todo de dicha localidad, para tomar la justicia por su mano e interpretar la Ley según conviene.

Lo más demoledor, en cuanto a democracia, fue y sigue siendo la práctica política del Ayuntamiento que percibe a los ciudadanos en categorías, segregando y marginando a una parte por cuestiones de nacionalidad, que no sólo se niega a investigar y aclarar abusos de su Cuerpo de Policía, sino que tacha de racistas a las otras instituciones que pretenden cumplir con sus obligaciones.

Lo último es la campaña de recogida de firmas para pedir el indulto a dos personas condenadas por secuestro y tortura de tres ciudadanos magrebíes. ¿El Ayuntamiento haría lo mismo si agresores y agredidos fueran españoles? ¿Lo haría si los agresores fueran inmigrantes? Si el indulto prospera, ¿cómo será percibido por una comunidad y otra y qué actuaciones suscitará en el futuro en una comunidad cómo en otra?

Sus compañeros de partido en El Ejido viven en una especie de subjetividad local muy limitada. Confiamos en la Justicia y en sus responsabilidades políticas y de gobierno para encauzar la democracia, con la convicción y el respeto a la justicia debida en El Ejido.