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LAB ratifica en su congreso la apuesta por un sindicalismo "de confrontación"

El sindicato LAB clausuró ayer en Pamplona su VI congreso con una destacada apuesta para profundizar su unidad de acción con ELA y convertirla en "factor clave" de la estrategia de soberanismo que conduzca a la independencia de Euskadi. La reelección de Rafa Díez Usabiaga como secretario general fue por unanimidad y sin que se presentara candidatura alternativa. En su discurso de clausura Díez apostó por acentuar un "sindicalismo de confrontación" que "dispute el poder a patronales y administraciones" y que convierta a LAB en "contrapoder" sindical para alcanzar un marco propio de relaciones laborales.

La ponencia político-sindical, aprobada por los cuatrocientos delegados reunidos en Baluarte con apenas un voto en contra y ocho abstenciones, subraya que el plan Ibarretxe "puede convertirse en una segunda edición del Estatuto de la Moncloa si, tras mucha literatura y celofán abertzale, deriva en una oferta de pacto político del PNV-EA para Vascongadas con el Estado español".

Esa desconfianza de LAB hacia las intenciones del Gobierno vasco ("PNV y EA han demostrado falta de coraje y voluntad y en ocasiones han asumido de forma patética los continuos órdagos del estado", señala la ponencia) se unió al reconocimiento de que la vertiente socioeconómica es la "más vulnerable" del proceso soberanista que quiere liderar junto con ELA. Para evitar el freno al cambio político, activado, según Díez, por los estados y las patronales, se necesita "un lobby económico y social" vasco que lidere el camino de la independencia. Los más de 160.000 afiliados que sumarían ELA, LAB y los demás sindicatos abertzales constituyen, a juicio de la central, una "base social organizada" suficiente que debe asumir su responsabilidad y protagonismo en la lucha por la "emancipación nacional y social vasca".

Caja de resistencia

LAB aboga por marca un ritmo propio, al margen del debate político, para configurar un marco vasco de negociación colectiva, conseguir un sistema de Seguridad Social con capacidad normativa y disponer de un sector público vasco de carácter estratégico que cuente con un apoyo financiero en el que las cajas vascas "deberían ser parte fundamental".

El congreso decidió la creación de una caja de resistencia entendida no como un servicio a los afiliados, como sucede en el caso de ELA, sino como un instrumento de solidaridad de la militancia que contribuya a cubrir sus necesidades ante huelgas prolongadas. Al nuevo comité nacional se incorpora de número dos del sindicato Ainhoa Etxaide como adjunta a la secretaría general. Lo integran además Jabi Garnika, secretario de organización, Txutxi Ariznabarreta, responsable de comunicación y relaciones sociopolíticas, así como Mati Iturralde, Itziar Lopategi, Garbiñe Aramburu, Txomin Lorca, Arlette Apraiz y José Luis Rezabal.

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