Princesa Letizia
Los Reyes ofrecen una cena a 345 invitados en el palacio de El Pardo
Seis meses y medio después de anunciar su compromiso, el Príncipe de Asturias y su prometida, Letizia Ortiz, volvieron al palacio de El Pardo para ofrecer una cena de gala a 345 de los 1.400 invitados que hoy asistirán a su enlace en la catedral de la Almudena.
Faltaban 15 minutos para las ocho de la tarde cuando los Reyes de España aparecieron en el patio central de palacio seguidos de don Felipe y su novia para recibir a sus invitados. Junto a ellos, la infanta Elena y Jaime de Marichalar, y la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Los últimos en llegar fueron Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, los padres de Letizia, que se colocaron junto a su hija. En este mismo orden comenzaron a saludar de uno en uno a todos los asistentes. Durante una hora hubo momentos para las presentaciones, las enhorabuenas y para comentar las inclemencias del tiempo. La llegada de los invitados coincidió con una fuerte tormenta.
Don Felipe le dijo a Guillermo de Holanda, mirando la lluvia: "¿Has visto"?
El Rey pidió ayuda con la mirada a Gustavo de Suecia para sujetar los bordes de la alfombra
Don Felipe miraba de vez en cuando al techo acristalado del patio para comprobar si seguía cayendo la lluvia. Cuando el príncipe heredero de Holanda, Guillermo, se abrazó a él para darle la enhorabuena, le pilló mirando hacia arriba. "¿Has visto?", le dijo en tono resignado.
Letizia vestía un elegante traje en tono gris perla, diseñado por Lorenzo Caprile. De nuevo la prometida de don Felipe se decidió por este modisto en su tercera aparición en un acto con las casas reales. La novia ya conocía a muchos de los invitados, que le fueron presentados en la boda de la semana pasada en Dinamarca.
Letizia besó a los príncipes herederos de Holanda, Guillermo y Máxima; a los de Noruega, Haakon y Mette-Marit; a los de Bélgica, Felipe y Matilde, y se inclinó ante la reina Margarita de Dinamarca y su marido, Enrique; los de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia; los de Noruega, Harald y Silvia; los de Bélgica, Alberto y Paola, y la reina Rania de Jordania.
El paso de los invitados por el patio principal del palacio de El Pardo se dejó notar en la gran alfombra que cubría la sala. Justo el pico del lado en el que se encontraba situado don Juan Carlos se levantó, con el consiguiente peligro para las damas, todas vestidas con traje largo y en muchos casos con pequeñas colas. El Rey estuvo pendiente en todo momento de que la alfombra no pusiera en peligro la estabilidad de sus invitados y en más de una ocasión aplastó la tela con el pie. El momento más anecdótico fue cuando don Juan Carlos pidió con la mirada ayuda a Carlos Gustavo de Suecia, que también puso su pie para que la alfombra recuperara su estabilidad.
Uno de los últimos en llegar al palacio fue el príncipe Carlos de Inglaterra, que lo hizo acompañado por Victoria, heredera del trono de Suecia.
El traje gris perla de Rania de Jordania estaba mojado en su parte inferior. También los de muchas otras asistentes. Pero no por ello la ceremonia deslució. Carolina de Mónaco fue de nuevo una de las más elegantes, con un traje negro y rosa, acompañado por una chaquetilla de tul blanco.
Los padres de Letizia Ortiz saludaron a todos los invitados, arropados por la familia real Española. Con una amplia sonrisa, Paloma Rocasolano dio la mano a todos; a su lado, más serio, su ex marido Jesús Ortiz. Cuando la madre de Letizia descubrió en la larga fila de asistentes a la cena a Sonsoles Espinosa, que antecedía a su marido, José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, se le oyó decir: "Enhorabuena". Paloma Rocasolano es un activo miembro del sindicato de enfermería Satse.
Entre los 345 comensales estaban los cuatro abuelos de Letizia, llegados de Alicante y Asturias, respectivamente. Para ellos, la novia tuvo efusivos abrazos y por algunos instantes su ojos se emocionaron. También cuando la infanta Margarita se acercó a Letizia para besarla y le pidió que le dejara tocar su traje. La hermana menor de don Juan Carlos es invidente desde niña.
A las ocho y media de la tarde, los invitados comenzaron a degustar las creaciones de los cocineros Ferrán Adrià, Juan Mari Arzak y Paco Roncero. Los tres se encontraban desde las ocho de la mañana en el palacio de El Pardo preparando el menú. "Queremos que los invitados conozcan lo que se hace en la cocina española. Creemos que los platos que hemos preparado están a la altura", explicó Arzak.
Ferrán Adrià y Arzak se reunieron hace semanas para ver qué tipo de menú preparaban. Descartaron, por ejemplo, los pescados blandos porque no suelen gustar fuera de España. También tuvieron en cuenta la presencia de musulmanes en la cena, de vegetarianos y de algún invitado alérgico a los frutos secos.
Arzak se mostró especialmente satisfecho de los 15 tipos de aperitivos que iban a servir antes de la cena y lo que los cocineros denominaron como "Pequeñas locuras", que eran los postres, uno de ellos una piruleta de chocolate con su palo de manera.
70 cocineros prepararon los aperitivos y los tres platos. Primero yemas de espárragos blancos de Tudela con trufa de verano y su sopa; a continuación, rape con habitas a la menta, ravioli ibérico de tomate y vinagre de Jerez, y para terminar pechuga de pato en escabeche ligero al vino tinto con puré de limón. De postre, chocolate, coco y frutos rojos con sorbete de cítricos. Junto con el café y como broche final al banquete se sirvieron las denominadas pequeñas locuras del Casino de Madrid.
Anoche no hubo baile en el palacio de El Pardo, pero si música en directo. Los novios se retiraron pronto a descansar. Para ellos, hoy será su gran día. Para Letizia, será el día en el que se convertirá en princesa de Asturias.
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