Las milicias de Al Sáder retuvieron cuatro horas al periodista Fran Sevilla
El periodista de Radio Nacional de España (RNE) Fran Sevilla fue liberado ayer sano y salvo en la ciudad iraquí de Nayaf tras ser retenido cuatro horas en la ciudad de Nayaf por miembros del llamado ejército de la milicia del líder chií Múqtada Al Sáder.
Sevilla explicó en RNE, tras su liberación, que tras informar sobre el repliegue de las tropas españolas desde Diwaniya decidió con su intérprete, Samir, ir a Nayaf, donde la situación estaba muy complicada, con enfrentamientos desde la noche del jueves y primeras horas de ayer. Una vez en medio de la ciudad se encontraron en una situación complicada, de intensos combates, y fue entonces, en el momento que se estaban alejando de la zona de combate, cuando les fue dado el alto por miembros de la milicia chií. Luego le metieron "en una especie de celda" y le cachearon. Allí estuvo retenido una hora, hasta que llegó uno de los portavoces de Múqtada Al Sáder, con el que había estado hacía dos semanas en una entrevista. "Confirmó ante los milicianos que yo era periodista, y cuando se aclararon las cosas me dejaron marchar".
Tras salir ileso de este primer incidente, Sevilla intentó abandonar la ciudad, donde seguían los combates, y en un cruce de calles fue a dar con otro grupo de unos 12 milicianos. "Ahí sí lo hemos pasado mal", cuenta. Les dijo que era periodista español, pero el conflicto que hubo en la base española Al-Andalus en Nayaf empeoró la situación. "Me colocaron contra la pared en un lado de la calle y a Samir en el otro. Me quitaron todo lo que llevaba encima de muy malos modos. Querían destruir el coche con lanzagranadas". Cada vez que el intérprete decía algo, le gritaban: "Cállate, sois unos espías, os vamos a matar. El que estaba a mi lado empezó a disparar su fusil automático y el pobre Samir, que no me veía, pensó lo peor, pero no era eso".
Llevaron a Sevilla de un lado a otro por las calles dando rodeos "mientras caían chuzos de punta", para confluir de nuevo en el mismo sitio. Por fin le dejaron hablar, con su intérprete al lado -maltratado y golpeado en la cabeza- y acabaron devolviéndole todo y dejándole marchar con Samir. "Un día para no olvidar", concluye Sevilla.
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