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La fiscalía acusa a un maestro en paro por abofetear a Schröder

El canciller alemán fue agredido durante un mitin de las elecciones europeas

El canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder, de 60 años, presentó una denuncia criminal contra un maestro en paro de 52 años, cuyo nombre no ha sido revelado, que el martes por la tarde le abofeteó en la ciudad de Mannheim, al suroeste de Alemania. La fiscalía de Mannheim ha presentado una acusación por lesiones e injurias en un procedimiento de urgencia.

El incidente ocurrió en Mannheim a las 18.45 del martes durante un mitin con motivo de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 17 de junio. Schröder firmaba autógrafos y el agresor se aproximó, extendió la mano y con ella abierta abofeteó al canciller en la mejilla izquierda. Los escoltas de Schröder redujeron al agresor que en comisaría se negó a revelar el motivo de su acción. Tras tomar sus datos personales, la policía lo dejó en libertad.

La organización local del SPD declaró que el agresor era uno de los más de cien nuevos militantes cuya afiliación se celebraba. Provisto de una acreditación que le confirmaba como uno de los recientes socialdemócratas, el maestro en paro no tuvo problemas para acercarse al canciller que acababa de escribir "Cordialmente, Schröder" en un pasquín que le había presentado una chica para conseguir un autógrafo. El SPD ya expulsó de sus filas al agresor que había ingresado en el partido el pasado febrero. Testigos presenciales declararon que Schröder reaccionó con total serenidad. Una camarera de nombre Carina dijo, según al diario Bild Zeitung, que el canciller llegó incluso a llevarse un dedo a la sien en dirección al agresor, gesto que en Alemania significa: "Tienes pájaros en la cabeza", equivalente al español "Te falta un tornillo".

El portavoz del Gobierno Federal, Bela Anda, declaró ayer que se presentó una demanda contra el agresor para mostrar los límites de la disputa política. Los expertos declaran que es imposible ofrecer una protección absoluta en tiempos de campañas electorales cuando tienen que acercarse a la gente en los llamados baños de multitudes. Anda dijo que se trata de "mantener el equilibrio entre cercanía y distancia".

En otras ocasiones las agresiones a políticos en Alemania tuvieron consecuencias dramáticas. El 12 de octubre de 1990 un perturbado disparó contra el democristiano Wolfgang Schäuble (CDU) que quedó paralítico y desde entonces se mueve en una silla de ruedas. Unos meses después, el 25 de abril, una mujer acuchilló al candidato socialdemócrata a la Cancillería Oskar Lafontaine que estuvo a punto de perder la vida.

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