La cena de Samaranch
"He preferido venir". Juan Antonio Samaranch estaba feliz, como en las ocasiones especiales. Tenía la sonrisa de los días importantes, más profunda que la esbozada después de tantas batallas en su historia olímpica. Justamente en el mismo Palais de Beaulieu, donde rindió sus servicios para el triunfo de Barcelona hace 18 años. No esperó a la misma mañana de la decisión. Cogió el último avión la tarde anterior y quiso hacer acto de presencia. No le llegaban buenas vibraciones quedándose en Barcelona. "Madrid no suena mucho en el extranjero", fue la frase que repitió. Estaba seguro de que pasaría el corte por criterios técnicos, pero no se fiaba. Recibió demasiadas llamadas avisándole. El proyecto de Madrid es magnífico, pero no había españoles presentes para saber qué se cocía. "No tenía mucha preocupación, pero era mejor estar", confesó ayer.
Samaranch cenó con la comisión ejecutiva, saludó a sus miembros, habló de pájaros y flores y... bastó. Con ello demostraba que al presidente honorario del COI, al hombre que ha dirigido el máximo organismo olímpico durante 21 años, le importaba el momento. Quería refrendar con su presencia -algo significativo cuando puede asistir a las reuniones de la comisión ejecutiva, pero no va a casi ninguna-, que apoyaba un estupendo plan y que no podía haber desviaciones políticas interesadas.
El trabajo ya estaba hecho en la noche del lunes. "Había la posibilidad de un voto secreto y que se produjera cualquier cosa. Pero ya me quedé tranquilo". Ayer, a primera hora, en el Chateau de Vidy, su lugar de trabajo tantos años, se salió el primero de la reunión en cuanto se entró a valorar los informes. Lo hizo incluso antes de que los tres vicepresidentes con ciudades en liza: el alemán Thomas Bach, el estadounidense James Easton y el ruso Vitaly Smirnov. Y no hubo voto secreto. "Han aceptado al 100% lo que ha dicho la comisión de expertos", dijo. Y recalcó con su mayor sonrisa, la de sus mayores triunfos: "Al 100%".
Feliciano Mayoral, consejero delegado de Madrid 2012, es el máximo responsable directo del éxito obtenido por la candidatura española. Su informe constató que sabía perfectamente los gustos del COI. Sus largos años de experiencia olímpica, sobre todo como secretario general de los comités nacionales, han sido un regalo para la aspirante: "Es una gran alegría para la ciudad y para el deporte español, especialmente después de momentos de sufrimientos como el 11-M. Creo que hemos plasmado las virtudes de la ciudad en el modelo que el COI quiere. Concentración, proximidad, magníficos transportes públicos... Éste ha sido el éxito".
Valoró además Mayoral la brillante puntuación con que Madrid pasó el corte: "Sí, es muy importante cómo se ha producido. Se demuestra la valoración que nos ha hecho el COI, aunque hayamos competido con ciudades de tanto nivel". Y no se olvidó de los agradecimientos: "Ha sido el trabajo de las 30 personas que estamos ahora, pero de muchas más que han estado desde el principio. Además de agradecer al alcalde la libertad que me ha dado, quiero dar especialmente las gracias a Juan Antonio Samaranch por sus consejos de siempre. Es un privilegio que alguien como él nos ayude y apoye".
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