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El líder guerrillero Basáyev asume la responsabilidad del atentado que costó la vida al presidente checheno

Shamil Basáyev, el famoso comandante guerrillero checheno al que el Kremlin acusa de ser el organizador de los más sangrientos atentados terroristas cometidos en Moscú y otras ciudades, asumió la responsabilidad por la explosión en la que murió el presidente checheno prorruso, Ajmad Kadírov.

"Nuestros muyahidin realizaron exitosamente una misión especial en el marco de la Operación Venganza y ejecutaron la sentencia del Tribunal de la Sharia contra los traidores y renegados Kadírov e Isáyev", dice Basáyev en una declaración publicada en Internet, calificando el atentado del pasado día 9 de una "pequeña pero importante victoria". Aquel domingo, cuando en toda Rusia se celebraba el 59º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi, una bomba explotó bajo el palco de honor poco después de que terminara la parada militar en el estadio Dinamo de la capital chechena, Grozni. En el atentado perecieron Kadírov y Jusein Isáyev, que encabezaba el Consejo de Estado, especie de Parlamento provisional. Además, el general Valéri Baránov, comandante de las tropas rusas que combaten la guerrilla, resultó gravemente herido y perdió una pierna. A Basáyev, de 39 años, también le amputaron una pierna hace cuatro años después de pisar una mina al abandonar la capital chechena.

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En su mensaje, el líder guerrillero se refiere a nuevas operaciones que está preparando, una de ellas aparentemente en la capital rusa. El Kremlin acusa a Basáyev de haber organizado la toma de rehenes en el teatro moscovita Dubrovka en octubre del 2002, en la que murieron 129 rehenes y 41 terroristas, atentados con mujeres suicidas y explosiones de casas de viviendas en 1999. Basáyev encabezó ese mismo año la fallida incursión en Daguestán, que sirvió de pretexto a Moscú para lanzar la segunda campaña militar contra Chechenia. Se hizo famoso en 1995, cuando entró a sangre y fuego en Budiónovsk y se atrincheró en el hospital con más de mil rehenes exigiendo el fin de la guerra. Su primera operación exitosa la realizó en 1991, cuando secuestró un avión en protesta por la imposición por parte de Moscú del estado de excepción en la pequeña república norcaucásica rebelde.

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