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Mas acusa al PSC de pilotar un proceso de "involución nacional" con el silencio de ERC

CiU se ofrece a los republicanos para "plantar cara" en el Parlament a los socialistas

El Gobierno catalán ha cerrado sus embajadas en Marruecos y Roma. El Gobierno del PP de Baleares se ha desvinculado del Institut Ramon Llull. El conseller en cap quiere reducir la publicidad en Catalunya Ràdio. Y, además, la palabra Cataluña ya "no aparece" en los discursos de Pasqual Maragall. Estas decisiones suponen, a juicio del convergente Artur Mas, indicios más que "preocupantes" de un "proceso de involución nacional", de "pérdida de catalanidad", de "españolización" al fin y al cabo, que pilotan los socialistas catalanes con el silencio de ERC.

A esta retahíla de denuncias, Mas agregó ayer la voluntad del Departamento de Cultura de participar en la Feria del Libro de Guadalajara (México) en el pabellón del Gremio de Editores españoles o la intención, frustrada, del Partit dels Socialistes (PSC) de abrir libremente las convocatorias de mossos a la incorporación de policías nacionales o guardias civiles. Y a todo ello se une, según denunció el secretario general de Convergència (CDC), el freno del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con la aquiescencia del PSC, a muchas demandas autonómicas, como la reforma de la financiación, las selecciones deportivas catalanas, el retorno de los papeles de Salamanca o la oficialidad del catalán en la Unión Europea. "Es un globo que empieza a desinflarse", resumió Mas.

Esta enumeración llevó al dirigente nacionalista a denunciar ayer, ante el Consejo Nacional de CDC, la existencia de un proceso de "involución nacional" auspiciado por el PSC y desde dentro de Cataluña. Una situación que antes, manifestó, comandó el Partido Popular pero desde fuera de Cataluña.

Ante este "preocupante" escenario, Artur Mas erigió a Convergència i Unió como la "garantía" no sólo del proceso de reconstrucción nacional de Cataluña sino de que el catalanismo "no se diluirá ni adelgazará en el artificial debate de las derechas y las izquierdas". Y aunque reconoció que CDC pasa por un momento "difícil" tras la pérdida del Gobierno catalán, aseguró que es el partido "más sólido, más compacto, mejor implantado y más renovado que hay en Cataluña".

Convergència debe estar siempre vigilante porque, según opinó el jefe de la oposición, Esquerra Republicana no "está a la altura de las circunstancias" en el seno del tripartito y no es la "garantía nacionalista". Por este motivo Mas apremió a los republicanos a "salir de la comodidad en la que están instalados en el Gobierno" y defender " las posiciones más catalanistas". Y si les falta "valentía y coraje para plantar cara" a los socialistas, Mas ofreció a Esquerra la colaboración de Convergència i Unió. "Si ERC planta cara, en el Parlament hay una mayoría absoluta de partidos nacionalistas que pueden hacer aprobar todo aquello que Cataluña quiere negociar con el Gobierno central", indicó. Entre estos asuntos, Mas citó el retorno a Cataluña de los papeles de Salamanca, el reconocimiento de las selecciones deportivas catalanas, las negociaciones del nuevo sistema de financiación o "marcar el ritmo" del nuevo Estatuto.

En concreto, respecto a los papeles de Salamanca, Mas lamentó que a los socialistas ya "les tiemblan las piernas" para reclamar su devolución. En este sentido, el portavoz del PSC, Miquel Iceta, admitió que su partido "no tiene prisas" en este tema y que "apremiar" al Gobierno central "sería un error que dañaría las buenas relaciones" entre ejecutivos, "todo a causa de la estrategia opositora de CiU o por un afán de protagonismo de algunos", en relación a las mociones presentadas al respecto por Iniciativa y Esquerra Republicana.

13º Congreso

El Consejo Nacional de ayer aprobó las cuatro ponencias que Convergència discutirá en su congreso de julio y que marcan la estrategia política y organizativa para los próximos años. Mas, en su discurso ante los cuadros de CDC, rechazó cualquier intento de radicalización nacionalista del partido y apostó por una línea continuista de catalanismo transversal. "Convergència tiene que quedarse allá donde ha estado siempre", incidió, pero "adaptándose a las nuevas demandas sociales". "En 300 años nadie ha hecho tanto y tan bien por Cataluña como nuestro partido", proclamó Mas.

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