La muerte prometida
Una ONG graba sin ayuda oficial un vídeo sobre el engaño de las mafias de la inmigración, que difundirán países subsaharianos
Un vídeo producido por una modesta ONG de Gran Canaria puede convertirse en una de las armas más poderosas contra las mafias que controlan la inmigración clandestina de África a España. Europa, paraíso o espejismo contiene el relato en primera persona de inmigrantes que han cruzado los escasos 100 kilómetros de mar que separan de la isla de Fuerteventura las playas del desierto del Sáhara Occidental.
El vídeo narra desde que deciden salir de sus países, engañados con promesas de papeles, trabajo y riqueza, hasta las penurias que pasan en el desierto: el hambre, el miedo, la subida a una patera cuando habían contratado una plaza en un barco por 2.600 euros, cómo se apiñan en grupos de 30 y cómo los traficantes los tiran al mar sin escrúpulos si creen que van a ser interceptados por las patrulleras de la Guardia Civil.
No hay adjetivos, sólo el testimonio directo de quienes superaron esta tragedia. Y así se emitirá, en ocho lenguas africanas, además de árabe, francés, inglés y español, en las televisiones públicas, escuelas y centros de ocio de Guinea-Conakry y países del entorno, como Guinea-Bissau, Senegal, Costa de Marfil, Liberia y Sierra Leona.
La iniciativa parte de la Asociación Canario Guineana Nimba. Su responsable en Las Palmas, Alicia Navarro, explicó que ya está concertada con todos estos gobiernos una campaña de difusión del reportaje durante los próximos tres meses y, de forma más moderada, durante al menos un año. El consulado de Guinea-Conakry ha asumido el 80% de los 156.000 euros de coste del proyecto y, los socios de la asociación, el resto. Ni la Delegación del Gobierno para la Extranjería e Inmigración, ni el Gobierno de Canarias respondieron a las múltiples solicitudes para que colaboraran en este proyecto, asegura Navarro. "Es increíble que encontremos una voluntad férrea de luchar contra las mafias de la inmigración en todos estos países y no en España", afirma.
A lo largo de 17 minutos, los entrevistados relatan que sus mujeres son violadas sistemáticamente por los soldados marroquíes del Sáhara ocupado. "Si ellos dicen que te detengas y no lo haces, disparan; muchos de mis amigos cayeron así", comenta uno de ellos. Pero la tortura continúa en el desierto. "En El Aaiún no hay casas, ni agua, ni alimentos; nos dan algo de comer para no morir, un pan y una lata de sardinas para tres o cuatro personas", pronuncia una voz grave. Cuando en la orilla les hacen embarcar en una patera, el jefe les da a elegir entre subir o enterrarse en la arena. "No tengo elección, o voy con ellos o muero".
Las imágenes que integran este reportaje, dirigido por Alicia Carmena y Chus Barrera, disparan a los ojos de los potenciales inmigrantes multitud de datos que desconocen o les ocultan las mafias. Por ejemplo, incluye gráficos y mapas que explican dónde está cada país del área subsahariana, dónde están España, Francia, Alemania, Holanda e Italia y dónde Canarias. "Yo no sé señalar a España", relata uno de los testimonios, con la cara oculta para evitar represalias con él y su familia. Igualmente aclara que, para llegar hasta Fuerteventura, las mafias no utilizan barcos, sino pateras de madera con las que hay que cruzar un pasillo marítimo de 100 kilómetros, con un mar embravecido, peligrosas corrientes y zonas de tiburones. Pero, uno de los momentos de mayor dramatismo es cuando muestra toda la crudeza de los naufragios, en los que han muerto casi dos centenares de personas, aunque distintos colectivos y autoridades marroquíes elevan la cifra hasta 10.000: imágenes de cuerpos flotando en el mar, de cadáveres rescatados por las patrulleras o embarrancados y golpeados contra las rocas. "De repente, estás mareado, entumecido y se oye un ruido ensordecedor", relata un superviviente. "La gente grita, pide socorro, pero tú no puedes ayudarles, hasta que se ahogan y dejan de llamarte para siempre; a veces no consigo dormir". A esta declaración siguen imágenes de decenas de féretros, de funerales sin que ningún familiar llore a los desgraciados y varios planos de los nichos que cobijan sus cuerpos, identificados sólo por el trazo que el operario marca con sus dedos: una cruz, un simple "D. E. P. inmigrante sin identificar" y la fecha de la tragedia.
Algunos de los que han sobrevivido desenmascaran las falsas promesas de las mafias: "Llegas exhausto, hambriento, entumecido, despistado creyendo que estás en Europa y, en realidad, es así, pero en una isla a 1.800 kilómetros del continente. Sin documentación no puedes salir. Todos cumplen la ley y los papeles no se pueden comprar. No hay ni mafias ni pateras que te lleven a otro lugar. Somos ilegales y es el tratamiento que recibimos".
Otras voces relatan su soledad, la ausencia de amigos y parientes, los 40 días de internamiento en Fuerteventura, Gran Canaria o Tenerife. El guión explica las repatriaciones hacia Marruecos, Senegal, Guinea, Costa de Marfil y Gambia e incide en el drama de quienes se quedan: "Sin papeles nadie te tiene en cuenta. No puedes trabajar, los empresarios no pueden contratarte; los papeles se han convertido en oro". Y rompe otro mito que manejan los traficantes: "Hacen creer a las mujeres que si llegan embarazadas tienen más posibilidad de quedarse, pero es falso. Muchas terminan en la prostitución".
Entre los mensajes, destaca el más directo: "Me contaron de todo sobre este continente: felicidad, lujo, buena vida, que en Europa habría ganado el paraíso (...). No le deseo esto ni a mi peor enemigo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.