Múltiples recetas para reformar el Senado
Todos los partidos hablan de la necesidad de introducir cambios en la Cámara alta, pero sus ideas de la reforma son muy diferentes. PSOE, PP y nacionalistas explican sus proyectos
Hacía 18 años que un presidente del Gobierno -Felipe González, en 1986- no acudía a un pleno del Senado. El pasado martes, antes de su intervención en el Senado, José Luis Rodríguez Zapatero, reunió a los portavoces de todos los grupos en el despacho del presidente de la Cámara alta y les dijo:
-A ver si le damos un poco de marcha al Senado.
Poco después, en la tribuna y ante los medios de comunicación, prometió que esta vez la reforma del Senado va a ir en serio. Todos los grupos acogieron favorablemente la promesa. Incluso el PP, que ni en su programa electoral de 2000 ni en el de las pasadas elecciones contemplaba modificar la Constitución para reformar el Senado.
¿Pero de qué hablan los partidos cuando hablan de reformar el Senado? Para el único senador del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Anxo Manuel Quintana, la cuestión está clara: "Hablamos de reformar el modelo de Estado".
Para los nacionalistas, la Cámara alta debe ser el escenario de una especie de pacto federal
El PSOE quiere menos senadores elegidos por las provincias y más de las comunidades
El PP acepta reformar la Constitución, pero cree que será casi imposible el acuerdo
Es lo que pensó Aznar en 1999 cuando acudieron a la Moncloa el entonces ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, el portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero, y el portavoz adjunto, Esteban Pons. Los tres le presentaron una serie de trabajos que contemplaban una "reforma suave" de la Constitución para transformar la Cámara alta. Pero Aznar vio, como ven el PNV, el BNG y la coalición del tripartito catalán, que para transformar el Senado hay que remover las estructuras del Estado.
Aznar dijo que por ahí no pasaba. Ahora el PP parece dispuesto a remozar la Constitución. Pío García-Escudero recuerda que en la campaña de las elecciones generales de 1996 su partido ya contemplaba la reforma constitucional del Senado. "Conforme avanzábamos nos dimos cuenta de que iba a ser muy difícil tratar la elección de senadores. Ahora nos lo propone el Gobierno y no queremos ser obstáculos. A lo mejor ellos consiguen lo que nosotros no conseguimos".
El portavoz del PP recuerda que cuando su partido entró a negociar la letra pequeña con los grupos, las comunidades autónomas que más habitantes tenían no estaban dispuestas a perder representación.
Uno de los principales problemas, según todos los partidos consultados, radica en la forma de elegir a los senadores. La Constitución fijó como base cuatro senadores por provincia. Se pretendía que todas tuvieran la misma representación. Los padres de la Constitución pusieron un elemento de corrección. A cada comunidad autónoma le corresponde un mínimo de un senador y uno más por cada millón de habitantes. De los 259 senadores, 200 corresponden a las provincias y 59 a las comunidades.
La aventura de reformar el Senado viene de lejos, pero nunca llegó a puerto. El senador del PNV Joseba Zubia recuerda que cuando llegó a la Cámara en 1995 ya se hablaba de ello. "Desde entonces he ido recolectando artículos de opinión de ilustres constitucionalistas. Todos coinciden en que el tema resulta muy difícil,que hay que ser sinceros y que hay que debatir mucho. Pero ninguno da la solución, ninguno dice exactamente qué es lo que hay que hacer".
Para Zubia, "una comunidad autónoma que es considerada nación no puede tener la misma representación que otra que no lo es". El PNV cree que las comunidades que son naciones han de tener posibilidades de imponer vetos en temas como la cultura propia o la lengua. "Mi hecho diferencial", aclara el senador del PNV, "desaparece del mapa si tengo un voto y el resto de comunidades vota en contra en algo que afecta al hecho diferencial de mi comunidad. Es lo mismo que pasaría con los canarios si se debate algo que afecte a la insularidad".
"Pero no estamos cerrados a cualquier otra solución", aclara el portavoz del Grupo Vasco. "Cualquier situación será mejor que la de ahora. Igual hay que concluir al final que el Senado no hace falta. Ya hay quien lo tiene escrito", advierte.
Zubia cree que es relativamente fácil darle a la Cámara "un poco de marcha". Basta con que Zapatero comparezca un par de veces en un debate. Pero para él y para el resto de portavoces nacionalistas, la reforma implica mucho más.
Carles Bonet, portavoz de Entesa, la coalición formada por el tripartito catalán (PSC-Esquerra-Iniciativa) y senador por Esquerra, ve en la reforma del Senado la posibilidad de conseguir un pacto federal, una relación de Cataluña con España como Estado asociado.
¿Significa eso que los debates se plantearían entre traductores como en el Parlamento Europeo?
"A veces esto es un incordio", señala el portavoz del tripartito catalán. "Como todo el mundo habla y entiende castellano, no todo tiene que ser con traductores todo el día. Pero en algunos espacios y algunos momentos se tiene que ver que las otras lenguas españolas merecen especial respeto y protección, como dice la Constitución. Ahora sólo se usan una vez al año en la Comisión General de Comunidades Autónomas. Y nos parece insuficiente".
Visto todo lo que quieren los nacionalistas, ¿hasta dónde quiere llegar el PSOE con la reforma del Senado?
"Queremos cosas muy concretas", señala el portavoz socialista en el Senado, Joan Lerma: "Queremos que el Senado sea una cámara de primera lectura para temas como la financiación autonómica, que los senadores sean elegidos en elecciones autonómicas y no en generales, que no se disuelva el Senado como ocurre con el Congreso, sino que se haga por renovaciones parciales; que haya más senadores elegidos por cuotas autonómicas y no por circunscripciones de provincias".
Todas esas cosas, según el portavoz del PP, no dejan de ser todavía vaguedades. "El PSOE, de momento, cuenta con nuestro apoyo. No nos cerramos a una reforma de la Constitución. Pero con límites: que no haya agravios entre unas comunidades y otras. Necesitamos que el PSOE concrete más".
El portavoz del PSOE en la Cámara alta se muestra muy escéptico ante la disposición al diálogo que puedan tener los populares: "El PP no ha cambiado de postura. Simplemente, el portavoz del Senado ha suavizado sus posiciones. Tienen una posición pendiente de las elecciones europeas. Y luego tienen su congreso pendiente para después del verano. Así que después del verano veremos hasta dónde está dispuesto a llegar el PP".
La prueba para el PSOE de que el PP no cree en la modificación de la Constitución es que el día siguiente a la intervención de Rodríguez Zapatero se votaba una moción del PSOE para reformar el Senado y el PP replicó con una enmienda para que se eliminara la expresión "reforma de la Constitución". Los socialistas retiraron la moción sin llegar a someterla a votación.
"Pero es que la retiraron sin preguntarnos siquiera qué íbamos a votar", aclara el portavoz del PP, García-Escudero. "Nosotros sólo queríamos retirar esa expresión porque nos parecía una redundancia. Reformar el Senado es reformar la Constitución. Y cuando retiraron la moción se lo dijimos: "¿Pero por qué habéis hecho esto, si nosotros íbamos a votar que sí?".
En medio de esos tiras y aflojas, encuentros y desencuentros, todos los portavoces de los grupos consultados, excepto el del PP, reconocen que se respira un ambiente de optimismo en el Senado. Creen que a lo mejor es verdad lo que dijo Zapatero y que la reforma va en serio.
Cuadrar el círculo
El Senado es la cámara de "representación territorial". ¿Pero qué significa eso exactamente?
Tanto el portavoz del PNV, Joseba Zubia, como el del PP, Pío García-Escudero, coinciden en que el catedrático constitucionalista Francisco Rubio Llorente, presidente del Consejo de Estado, refleja en este párrafo -extraído de un artículo suyo- la dificultad que entraña conseguir convertirlo en una auténtica cámara de representación territorial:
"Es obvio que las comunidades autónomas habrán de estar representadas como comunidades autónomas, pero ¿cómo se representan estas comunidades como entes territoriales y no como partes alícuotas de la población española? ¿Cómo se conjuga la representación en el Senado de las comunidades autónomas ateniéndonos a un criterio de rigurosa igualdad teniendo en cuenta su singularidad, el llamado hecho diferencial?".
Para Pío García-Escudero, conjugar el criterio de rigurosa igualdad de las comunidades de España y al mismo tiempo la singularidad de las llamadas comunidades históricas es como lograr la cuadratura del círculo. "Si hay algún genio, algún iluminado que resuelva la idea, que nos lo diga", reta el portavoz del PP en la Cámara alta.
"Tendremos que ceder todos un poco para conseguirlo. Será la única manera", vaticina por su parte el portavoz del grupo del PNV.
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