Ferias
Estamos en días de ferias del libro. Esta misma semana empieza la de Sevilla y otras muchas se celebran en otras ciudades y pueblos de Andalucía. No sé si las ferias del libro sirven para ganar lectores, pero sin duda son una oportunidad de encuentro con los libros fuera de las librerías, que suelen ser recintos intimidatorios para los no lectores, precisamente porque al no tener relación con los libros entienden que son lugares en los que sólo saben moverse con soltura las personas habituadas a la lectura, por lo tanto a seleccionar y comprar libros. Debería haber alguna manera de convencer a la gente que no entra en las librerías que no pasa nada por entrar y mirar, igual que se entra y se mira en cualquier tienda en la que no siempre después de haber mirado, cogido y soltado tantas veces como haga falta una prenda o un objeto cualquiera, se deja tranquilamente si no convence.
En las ferias, los libros se dejan tocar en la calle, cualquiera puede acercarse a ellos y curiosearlos, también ocurre en las librerías, pero eso no lo saben quienes nunca han entrado, y en la calle lo hacen con la soltura de quien no se siente observado por el librero o el dependiente dispuesto a ayudar. Si las ferias hacen lectores está por saber, pero es cierto que sí hacen que se acerquen a los libros lectores y no lectores y, por cierto, niños y jóvenes que sí pueden sentir ahí la primera atracción lectora en el ambiente casi festivo de los recintos feriales. Los libros encuentran sitio en las estanterías de las librerías, pero el lugar que les da razón de ser, el que les da sentido, no es otro que las manos de alguien que los toma y se dispone a celebrar la ceremonia íntima de su disfrute. Las ferias del libro no dejan de ser mercadillos de la cultura, pero precisamente por serlo son también atractivas para quienes no suelen ser consumidores de los objetos que en ellas se venden. Ese es su valor y en él está implícita la posibilidad de hacer de un ser ajeno a la apreciación de esos objetos, un curioso primero, y acaso un adicto más tarde. Todo está en los libros, todo lo que nos hace mejores y sobre todo más libres, por eso, que los libros se expongan a la curiosidad, que se ofrezcan con rebaja y se dejen mirar y tocar en la calle es una buena noticia renovada cada primavera.
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