Un grupo rebelde del sur de Sudán denuncia la matanza de civiles
El principal grupo rebelde sudanés, el Ejército Popular de Liberación de Sudán (EPLS), denunció ayer que en los últimos días al menos 204 personas murieron en el sur del país en ataques de milicias progubernamentales. Según los rebeldes, las víctimas de los incidentes en la región de Akobo, cerca de la frontera con Etiopía, son todos civiles.
El portavoz del EPLS, George Garang, señaló que unos 200 heridos fueron evacuados hacia el hospital de la Cruz Roja situado en la localidad keniana fronteriza de Lokichokio. Fuentes humanitarias en la zona confirmaron que se habían registrado combates y que civiles heridos fueron evacuados hacia Lokichokio, pero sin precisar el número de víctimas.
Según Garang se trata de "una violación calculada del acuerdo de alto el fuego", firmado entre el EPLS y el Gobierno sudanés, cuyos representantes están reunidos en la ciudad keniana de Naivasha tratando de lograr un acuerdo de paz. El portavoz rebelde precisó que, a pesar de los incidentes, su grupo no iba a suspender su participación en el proceso.
El vicepresidente sudanés, y el líder del EPLS, John Garang, se encuentran en Kenia en la fase final de un proceso de negociaciones para poner fin a dos décadas de guerra civil que han causado cerca de dos millones de muertos y cuatro millones de desplazados a causa de los combates, el hambre y las enfermedades exacerbadas por la contienda. En los últimos días, tanto fuentes rebeldes como la prensa de Jartum, daban por "inminente" la consecución de un acuerdo definitivo.
Esta guerra civil enfrenta al norte musulmán con los rebeldes del sur, que se levantaron en armas en 1983 cuando el Gobierno impuso la sharia o ley islámica en todo el país, incluido el sur, donde la población es mayoritariamente animista o cristiana. A este conflicto en el sur del país se ha sumado desde el año pasado otro en la región oeste de Darfur, donde combates entre milicias pro-gubernamentales y rebeldes han causado cerca de 10.000 muertos y 750.000 desplazados. En los últimos meses, este conflicto ha hecho saltar la alarma por el temor a una crisis humana de gran escala.
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