Jesús Gil, hospitalizado de urgencia y en estado grave a causa de una embolia cerebral
El máximo accionista rojiblanco tiene un 40% de consciencia y un lado del cuerpo paralizado
Jesús Gil, el máximo accionista del Atlético de Madrid, sufrió ayer una embolia en la arteria cerebral media cuando se encontraba en su finca de Valdeolivas. En principio, y de modo urgente, fue trasladado al hospital Nuestra Señora del Prado, de Talavera de la Reina (Toledo). El dirigente, de 71 años, ingresó en él a la una de la tarde con el lado derecho del cuerpo paralizado y sin poder hablar. Su grado de consciencia era muy pequeño. Tras practicársele un escáner, se le apreció un edema cerebral, un coágulo. Poco a poco, sin embargo, Gil recuperó la movilidad en la pierna derecha y, a petición de su familia, fue trasladado a la clínica Cemtro, de Madrid, a la que llegó ya estable a las cinco de la tarde y en la que deberá permanecer al menos 48 horas más, aunque lo más probable es que se quede de seis a siete días.
Gil fue trasladado en una UVI móvil. Le acompañaban su esposa, Mari Ángeles Marín, y su hijo Miguel Ángel. El dirigente permaneció sedado durante todo el trayecto. Según los médicos que le atendieron en el primer momento, su vida no corre peligro y se recuperará de su dolencia. La evolución, gracias a los fármacos que se le suministraron, ha sido favorable. La hemiplejia con la que ingresó se trasformó en una monoplejia a las pocas horas. "La evolución de los accidentes de la arteria cerebral media suele ser buena, aunque habrá que esperar", aseguró el doctor Vázquez, jefe de la unidad cardiológica del hospital toledano. Asimismo, matizó que, seguramente, la única secuela que le podría quedar es la rigidez en el brazo derecho. El habla lo recuperará, aunque es posible que necesite la ayuda de un logopeda. En la clínica Cemtro le monitorizaron el edema cerebral y le estabilizaron hemodinámicamente.
Una vez en la clínica Cemtro, se hizo oficial el primer parte médico sobre el estado de Gil: "Estable dentro de la gravedad". Se confirmó entonces que su estado de consciencia era de sólo "el 40%". También se insistió en que las primeras 24 horas marcarían la evolución de su mal.
Éste no ha sido el primer problema cardiaco de Gil. En enero de 2003 se le tuvo que operar e implantarle un marcapasos. Anteriormente, en febrero de 2000 tuvo que ser ingresado en la madrileña clínica de La Luz a causa de una arritmia cardíaca, de la que se recuperó.
Sus primeros problemas de salud coincidieron con su ingreso en la prisión de Málaga acusado de malversación de caudales públicos y de falsificación en documento público por el llamado caso de las camisetas. Entonces, al tercer día de su reclusión, tuvo que ser excarcelado y trasladado al hospital por presentar un cuadro de hipertensión severa acompañado de cefalea y fibrilación auricular crónica.
El médico del Atlético, el doctor Villalón, afirmó, en alusión al accidente cerebrovascular sufrido por Gil, que "el peor momento ya ha pasado". "No parece que su vida corra peligro", corroboró. En su opinión, aún es pronto para prever las secuelas: "Ese daño cerebral tiene una zona que puede estar afectada o infartada y otra que puede estar afectada en menor medida". "La dolencia", explicó, "puede ser consecuencia de su cardiopatía, de la arritmia que ha padecido".
Lázaro Albarracín, el directivo rojiblanco desplazado a Santander, donde ayer jugó el Atlético, dijo estar "preocupado", pero concluyó: "Quizá no sea tan grave".
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