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Entrevista:Francisco Vallejo | Consejero de Innovación, Ciencia y Empresa | NUEVO GOBIERNO

"La Consejería de Innovación es una audacia"

El nuevo titular de Innovación vislumbra ya que su máximo reto, y quizá dificultad, a largo plazo será "transformar la orientación de la universidad". En estos días, sin embargo, Francisco Vallejo (Alcaudete, Jaén, 1957), anda enfrascado en encajar competencias muy diversas en un organigrama para empezar a funcionar.

Pregunta. ¿Le sorprendió el nombramiento?

Respuesta. La verdad es que no me extrañó mucho, porque mi formación se ajusta más a esta consejería que a las dos anteriores. Estudié Administración de Empresas y Derecho, y mi primer trabajo fue en una empresa de telecomunicaciones. Después de 20 años vuelvo al mundo al que motivaciones profesionales me llevaron. En ese sentido, me siento a gusto.

"La universidad debe ser el vivero de los emprendedores de nuestra tierra"
"No hay otra administración que una universidad, empresa e investigación"

P. ¿Y le sorprendieron calificaciones como superconsejero o peso pesado de la Junta?

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R. Soy una persona a la que le gusta transformar las cosas, no me dedico a calentar sillones: donde estoy es porque creo que se puede cambiar la realidad. En los diez años que llevo en el gobierno, hay un manojo de cosas que se puede decir que las he transformado. Alguna gente ha apreciado eso, pero igual que yo hay otros compañeros que han hecho las cosas así.

P. Innovación se ha formado a partir de competencias de seis consejerías, una reorganización inédita y que se prevé compleja.

R. La creación de esta consejería es una respuesta audaz a la nueva sociedad que tenemos. Es una audacia porque se hace por primera vez, no hay una administración que una la educación universitaria con el mundo de la empresa, con el desarrollo tecnológico, la investigación, la innovación del sector público... Es cierto que hay un discurso de referencia permanente en los países escandinavos, en Silicon Valley, en el sudeste asiático... Pero ninguna administración lo ha asumido así. Es una respuesta que también conlleva algo de riesgo. Pero Andalucía tiene que asumir esos riesgos: estamos más atrás, pero en esta nueva economía, que se mueve por el conocimiento, tenemos más recursos.

P. Hace cuatro años, el objetivo de la Junta era similar, pero las competencias quedaron repartidas en varias consejerías, ¿se quedó a medio camino?

R. Creo que se ha hecho mucho. Podemos decir que se ha quedado a medio camino, pero entonces habría que decir que el resto del mundo se ha quedado a medio camino, porque nadie ha dado este paso. Nadie unió en un solo departamento universidad, empresa e investigación. La propia creación de la consejería traslada una idea de que debemos ser capaces de usar los recursos de las nuevas tecnologías para garantizar una economía que no sólo se base en la construcción, en las ramas tradicionales, sino una economía mucho más sólida con un empleo de más calidad.

P. Competencias tan diversas como universidad o industria también le garantizan conflictos que nada tienen que ver con innovar.

R. El conflicto en sí no es malo, lo que es malo es el conflicto mal solucionado. Es normal que en el mundo de la industria, de la universidad surjan conflictos, lo importante es saber gestionarlos.

P. La Junta apuesta por la innovación desde hace años, pero el gasto en I+D se ha estancado en el 0,6% del PIB, lo que está muy lejos del objetivo del 2% que se han fijado para 2010.

R. Yo tengo algunas dudas de que los datos en nuestro país sobre lo que se dedica a investigación sean reales. En investigación creo que este país invierte incluso menos de lo que dicen las cifras oficiales. Hay un compromiso electoral y se va a cumplir. Pero en mi opinión lo importante no es si multiplicamos por no sé cuantos el dinero en investigación, sino a qué tipo de investigación lo dedicamos, si se puede aplicar en empresas, que trabas burocráticas se encuentran los investigadores... Nunca se mide que parte de la investigación es eficiente.

P. O sea, más investigación aplicada que básica.

R. No, no, no. La investigación básica puede ser muy eficiente, no estoy hablando sólo de si la investigación se refleja en un nuevo producto. La básica y la aplicada deben ser más eficientes, hay que tener un modelo mejor. Hay un mundo por mejorar.

P. ¿Cuándo estará listo el plan integral sobre investigación universitaria e incentivos a la innovación?

R. La idea básica es no reproducir el modelo. [Se levanta y coge un papel con un organigrama]. Uniremos investigación, universidad, tecnología y empresas tecnológicas en un área. En otra, las tecnologías de la información para administración, ciudadanos y pymes. Y en otra, el sector energético, el industrial y la economía social. Y todo ello, con una secretaría que actúe transversalmente, que haga la planificación conjunta... Pero aún no le puedo dar una fecha sobre la elaboración del nuevo plan, sólo tengo una consejería en el boletín oficial de la Junta.

P. El programa también preveía un comité de sabios

R. Está en el programa, sí. Pero esta consejería da respuesta en gran medida a una parte del proyecto que hemos llamado segunda modernización. Y creo que ha sido tan compartido ese proceso, que ahora lo que hay que hacer es convertirlo en realidad. La adaptación a la sociedad del conocimiento es un cambio cultural a largo plazo. Y luego hay otros objetivos a corto plazo como que la universidad debe ser el gran vivero de emprendedores de esta tierra.

P. Hay ahora más universitarios andaluces que nunca, jóvenes más formados, pero muchos, también, muy frustrados

R. El mundo hay que verlo como una evolución. Tenemos muchas pequeñas empresas, cada una incapaz de tener de forma indivual una ingeniería, de desarrollar por sí misma productos... Pero yo soy de un pueblo del que me tuve que ir para estudiar porque no había instituto. ¿Y cuántos ingenieros se quedaban antes, y cuántos ahora? Es innegable que hay una mejora paulatina. ¿Al ritmo adecuado? El rumbo es el adecuado pero el ritmo tiene que mejorar.

P. Los expertos apuntan que el sector privado andaluz aporta muy poco a la innovación.

R. Eso es una simplificación. Que hay que destinar desde los ámbitos público y privado a innovación es cierto, pero ¿se ha contabilizado, en términos de innovación, lo que ha significado la transformacion de la agricultura en Almería y Huelva? Estoy convencido de que no. En la economía andaluza podemos encontrar ya islotes empresariales de innovación. Andalucía tiene la segunda fábrica de ordenadores de este país. Convertir esos ejemplos en algo que impregne a toda la economía es el objetivo.

P. ¿Cómo valora la aportación de las cajas de ahorros andaluzas a investigación y desarrollo?

R. Andalucía no es distinta a España y gran parte de Europa. El sector financiero español y europeo no está acostumbrado a operaciones de alto riesgo con grandes expectativas. La creación de esta consejería traslada la vocación del Gobierno por un camino, y las cajas de ahorros no van a ser ajenas a ese camino. Ahora, hay otros sectores económicos que han acumulado grandes ganancias en los últimos años, y que deberían diversificar su negocio. No siempre la construcción va a seguir como está.

P. Los empresarios reiteran que los trámites deben acortarse.

R. Si no lo impide legislación de rango superior, tenemos que ir a un modelo en el que la apertura de una empresa sea inmediata, y se revise luego la adaptación a una serie de normas, siempre que se salvaguarden elementos como la seguridad laboral y las cuestiones medioambientales.

P. El retraso en la construcción de centrales de ciclo combinado ¿compromete el plan energético andaluz?

R. No es sólo un problema de que un ayuntamiento haya dificultado algún proceso, hay más elementos en estos momentos en vías de solución. Tenemos un problema de evacuación de energía, con dos o tres estrangulamientos que han impedido dar pasos para impulsar la energía renovable y el autoabastecimiento eléctrico. Pero creo que lo que hace año y medio estaba más complicado, ahora está ya más abierto.

P. Las subcontratas aeronáuticas asociadas al A400M están pendientes, ¿las empresas auxiliarens andaluzas están en condiciones de pujar?

R. Yo creo que se está trabajando bien y de manera constante en esta consejería con las empresas auxiliares. Tuve una reunión con el responsable de EADS-CASA, hay posibilidades en el corto plazo de dar respuesta a la mayor parte de los problemas. No podemos permitirnos el lujo de perder actividad productiva en Andalucía.

Un valor seguro

Su paso por la Consejería de Salud y su beligerante política contra las tabaqueras, a las que llevó a los tribunales, no han logrado que deje del todo el tabaco. "Este fin de semana lo dejo otra vez", dice.

A Francisco Vallejo, padre de tres hijos, se le ve encantado con su nueva misión. Hace cuatro años, tras una legislatura en Obras Públicas, su nombramiento como consejero de Salud fue una de las sorpresas de Manuel Chaves, sobre todo para el afectado, que palió su vértigo inicial con su conocida facilidad para generar nuevos proyectos. "Hago mío el lema de Ortega, que decía que igual que el aire es la resistencia para que un avión se eleve, una vez que se ha elevado es lo que le sostiene", mantiene Vallejo, quien no oculta que tiene ambición política "por cambiar las cosas" y que ha aprendido, tras una década en sucesivos gobiernos de Manuel Chaves a "convertir los conflictos en oportunidades".

Ahora Vallejo, tiene que resolver un puzzle de competencias, que en realidad da respuesta a lo que un nutrido grupo de expertos consultado en los últimos años por la Junta ha dejado claro: que el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y la presencia en nuevos sectores productivos sólo será posible si la planificación pública comunica la investigación de las aulas y laboratorios universitarios con el riesgo empresarial.

Sus primeras dudas, que espera resolver pronto, se centran en si dividir las empresas del IFA en dos organismos distintos. Y también baraja cambiarse la sede a un edificio y espacio urbano más identificado con la innovación.

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