Georgia trata de recuperar el control de Adzharia

La tensión en Adzharia, la autonomía musulmana en el suroeste de Georgia, aumentó considerablemente ayer después de que Mijaíl Saakashvili declarara el gobierno presidencial directo desde Tbilisi hasta la celebración de nuevas elecciones. Esto significa, de iure, que el presidente georgiano ha destituido a Aslán Abashidze, quien dirige Adzharia desde hace 14 años, pero de facto éste sigue a la cabeza de la autonomía. Más aún, a última hora Abashidze desmintió que fuera a abandonar la autonomía, como había anunciado Tbilisi, y por el momento cuenta con la lealtad de los ministros del Defensa y del Interior adzharios.

La crisis entre Adzharia y el Gobierno central de Tbilisi se prolonga desde noviembre pasado, cuando Saakashvili y sus aliados lograron derribar al entonces presidente de Georgia, Eduard Shevardnadze. El nuevo líder georgiano anunció que uno de sus objetivos primordiales era terminar con el régimen de Abashidze. Desde entonces, Tbilisi y Batumi han vivido enfrentadas. La situación empeoró el domingo pasado, cuando Saakasvili dio diez días para desarmar lo que éste califica de formaciones armadas ilegales, es decir, las milicias que defienden al líder de la región, Aslán Abashidze. La respuesta de las autoridades adzharias fue volar tres puentes sobre el río Choloki -por donde pasa la frontera administrativa con el resto de Georgia- como medida preventiva: Batumi afirmaba que Tbilisi preparaba un ataque militar.

A pesar del peligro real de que la crisis degenere en un sangriento enfrentamiento armado, Tbilisi se muestra optimista y confía en que doblegará a Abashidze y lo obligará a dimitir y abandonar Adzharia.

Tbilisi ha pedido la mediación de Rusia: Vladímir Putin decidió enviar a Georgia al secretario del Consejo de Seguridad, Ígor Ivanov. En noviembre pasado, siendo ministro de Exteriores, Ivanov ya hizo de mediador durante la crisis que terminó con la dimisión del entonces presidente georgiano, Eduard Shevardnadze.