"Ahora sí se valora al medio defensivo"
Triunfa Davids en el Barça, el Madrid añora a Makelele y el Deportivo sigue dependiendo del gran Mauro Silva. Corren buenos tiempos para el medio centro defensivo, tal y como reflexionó ayer el capitán del Valencia, David Abelda (Pobla Llarga, 1977), sentado en un banquillo de Paterna. "Antes, el fútbol de Bossio o Castellanos, aquí en el Valencia, no se les valoraba. Es un fútbol que siempre ha existido, pero gracias a Roy Keane, Mauro o Makelele ya se le da importancia. Son tipos que le dan equilibrio, agresividad, que te conducen la presión".
Lo mismo puede decirse de Albelda. Su físico extraordinario le habría permitido dedicarse al ciclismo, la gran pasión de su padre y de su tío Francisco, que corrió tres Tours de Francia a principios de los ochenta. "En verano salgo en bici con ellos. Se me da bien, pero es difícil para mis 82 kilos y mis 1,84 metros", cuenta Albelda, que se desplaza ahora en un Ferrari, aunque no tanto como quisiera. "Sólo lo cojo si un domingo vas a comer a algún sitio y tienen aparcamiento. Si hace mal tiempo, son peligrosos: resbalan mucho".
Albelda dio sus primeros balbuceos en el Villarreal, a las órdenes de Subirats primero e Irulegi después, pero se rebela contra el almíbar que rodea la cita. "Me duele que se intente vender que somos primos o hermanos. Hay buena relación porque allí está Fernando Roig [que es valenciano]. Pero a mí no me van a explicar ahora la gente de Villarreal...al Valencia lo ve como un rival directo".
En el partido de ida, Albelda estuvo muy cerca de Riquelme. ¿Cuesta mucho quitarle el balón? "No. Es un gran jugador, pero no desequilibrante", afirma el capitán, que teme más a José Mari, con quien compartió la plata de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000: "Es rápido, habilidoso y va bien por alto".
Llega en forma Albelda al final del campeonato, pero hace un par de meses, poco después de haber alargado su contrato hasta 2010, pasó una crisis de juego. "Fue un bajón físico". ¿Se acomodó? "No, no va conmigo acomodarme". Ni tampoco morderse la lengua. Al preguntarle por su compañero Sissoko, llamado a ser su relevo en el Valencia, responde: "Es una incógnita. Comenzó dubitativo, pero se fue cogiendo y nos ha echado una mano importante porque yo no soy de los que piensan que la plantilla está equilibrada". ¿Cómo? "Sí, tiene muchos déficits en muchos puestos, pasando por los medio centros. Estamos Baraja y yo, y se ha tenido que adaptar Marchena. Sissoko vino como delantero". ¿Cómo es posible, pues, que sean líderes en la Liga y estén a un paso de la final de la UEFA? "Porque tenemos una humildad y un trabajo increíbles. Pocos equipos tienen esta capacidad de implicación en un proyecto".
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