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Entrevista:QUIQUE ÁLVAREZ | Capitán del Villarreal | SEMIFINAL DE LA UEFA

"Me dicen que soy demasiado buen tío"

De Quique Álvarez (Vigo, 1975) destaca a simple vista la bonachonería, fiel a la fama que goza entre sus compañeros y la prensa. Pero, ¿puede un central ser buena persona? "A veces me dicen que soy demasiado buen tío, aunque tengo mis días malos. Conozco a gente que dentro del campo son muy malos y fuera lo contrario. Pero sí, hay que tener un poco de mala leche a veces".

Hijo de Quique Costas, central del Barça en los años setenta, el capitán del Villarreal apenas ha visto algún vídeo de su padre. "El del 0-5 en el Bernabéu. Dicen que nos parecemos, sobre todo en los gestos y la manera de correr, pero él era más duro". Su nariz parece rota. "La tengo así desde pequeño, no sé si fue de un golpe. Debería haberme operado: los especialistas me lo aconsejaron. Pero estoy acostumbrado a ella y este año empezamos muy pronto la temporada, en la Intertoto".

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Quique Álvarez no es un central al uso por muchas razones. Una de ellas es su físico, más bien ligero. "Lo compenso con colocación, intento avanzarte, no ir al choque o si vas, ir muy fuerte... Cuando ganas una cosa por ser muy fuerte, la pierdes por otro lado".

Reconoce que lo pasa mal ante delanteros grandotes, aunque le dan más miedo " los pequeños y rápidos como Aimar o Angulo". Ahora bien, preguntado si hay alguien que le haya llegado a desesperar, responde: "Hay muchos, pero sobre todo Fernando Torres y Kluivert, que combinan la fortaleza con la técnica".

Con apenas 20 años, a Quique Álvarez se le auguraba un brillante futuro. Formaba parte de la Quinta del Mini y tenía sus opciones de sustituir a su gran referente -Koeman- en el centro de la defensa del Barça de Johan Cruyff. Le había llamado, además, la selección sub 21 para un partido en Dinamarca. Pero en ese encuentro todo se nubló. "Me rompí los ligamentos cruzados en un giro brusco. Eso son seis meses para recuperarse, pero a los cinco meses me los volví a romper entrenando. Pasé un año y medio muy mal, medio en el Barça B y uno en el Logroñés. Estuve casi tres años sin continuidad y eso marca. Luego fui al Lleida, volví a encontrarme bien, sin apenas lesiones y eso me permitió recuperar la ilusión". Tanto que Víctor Muñoz se lo llevó al Villarreal, a Primera División. "Es de agradecer el esfuerzo que hizo Víctor; yo era un jugador desconocido y empezaba un proyecto nuevo. Eso sí, después me he tenido que ganar el aprecio de la gente y de los dirigentes". En estas cuatro temporadas en el Villarreal, Quique Álvarez ha mejorado sobre todo en "comunicación dentro del campo, porque yo soy un tío bastante tranquilo. La comunicación es muy importante para la gente de atrás. Y después en cuanto a la exigencia, tanto individual como colectival".

Quique Álvarez.
Quique Álvarez.

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