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Entrevista:REME ULLOA | Productora de cine

"Las deudas ni las veo, pero de momento los bancos responden"

Reme Ulloa es la matriarca casi por la fuerza de una familia de cineastas. La juventud de su hijo Juanma le llevó a enfrentarse a bancos e instituciones con el coraje del instinto y la confianza en que el equipo Bajo Ulloa (ella misma, el director de cine y sus dos hermanos, Eduardo y Abel) podía funcionar como una productora, atípica sí, pero una productora al fin y al cabo, que se llama Gasteizko Zinema. Diecisiete años después, ahí están los triunfos y los pleitos para confirmar el trabajo de esta familia, que hoy recibe el homenaje del Festival de Cine de Vitoria.

Pregunta. ¿Cómo llega a hacerse productora?

Respuesta. Cuando Juanma gana el Goya al Mejor Cortometraje con El reino de Víctor [en 1989], ya está claro que el próximo paso era dirigir un largo. Pero entonces sólo tenía 21 años y su hermano Eduardo, 18. Son demasiado jóvenes para pedir dinero a los bancos, sobre todo esas cantidades necesarias para producir una película. Así que yo me encargo de esa tarea, mientras que Abel, el hermano mayor, se ocupa de la producción.

P. Desde el principio colabora toda la familia.

R. Juanma nunca me ha dicho "Ama, yo quiero ser artista", sino que decía "Ama, tenemos que hacer". Él es el primero que entiende que el trabajo es colectivo y yo tengo que estar ahí para que los bancos me atiendan.

P. Y Alas de mariposa se convierte en un auténtico éxito, a partir de su triunfo en el Festival de San Sebastián.

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R. Sí, la Concha de Oro es un reconocimiento, pero también nos muestra la otra cara del cine, la de los pleitos. Tuvimos problemas para mantener nuestra independencia como productora que nos llevaron a juicios con una entidad pública que quería participar en la producción de la siguiente película. Afortunadamente, aquellos malentendidos se resolvieron y pudimos hacer La madre muerta.

P. Si la primera película era dura, la segunda no se queda atrás.

R. Siempre he percibido en sus películas una fusión de ternura y retorcimiento, a la que él encuentra significado. Son muy dolorosas, muy duras. Cuando ví La madre muerta me llevé un mal rato, pero así y todo me gusta más que Alas de mariposa. De todos modos, no hay ninguna película que llegue a parecerse a la vida real.

P. Mientras, Eduardo y Abel trabajan en la sombra.

R. Aparte de su trabajo en los guiones y el montaje, Eduardo se ha implicado más en el rodaje de videoclips para Sabina, Los Enemigos o Barricada. Además, acaba de presentar su corto El hombre ubicuo. Y Abel es quien lleva a cabo todo la labor informática y de gestión.

P. De repente, llega Airbag, con su lehendakari negro.

R. Vete a saber si no fue una premonición. ¿Cómo será este país dentro de 50 años? Juanma siempre ha tenido un gran sentido del humor y la propuesta de Karra Elejalde le hizo gracia y se pusieron manos a la obra con Fernando Guillén Cuervo.

P. Y usted ya se sale de la producción.

R. Sí, en mala hora. Todavía estamos en juicios con la productora, Asegarce, que no nos ha pagado la parte correspondiente. Alegan que Airbag no había generado beneficios. Una más de las experiencias del cine.

P. Como ocurrió con la adaptación de El capitán Trueno.

R. Es que la productora que se había interesado por el guión pretendía que se produjera con la mitad del dinero. ¡Cómo vas a hacer una película de superhéroes sin efectos especiales!

P. Están a punto de estrenar nueva película, que su hijo ha rodado con la mayor de las discreciones.

R. Sí, no quería que nadie le molestara, después de tantos líos. Una vez más volvemos a estar en manos de los bancos, como al principio. Yo, las deudas ni las veo, lo que tengo que hacer es enfrentarme a los proyectos y, de momento, los bancos responden.

P. ¿Alguna pista?

R. Es una historia de amor que se titulará Frágil y que apuesta por los exteriores, con una mirada única al paisaje vasco.

PERFIL

Modista y ama de casa, Reme Ulloa (Jimena, Cáceres, 1943) es un ejemplo magnífico de cómo hacer virtud de la necesidad. Tras su separación matrimonial, no sólo atendió a sus tres hijos, dos de ellos aún estudiando, sino que fue capaz de hacer realidad y defender los proyectos cinematográficos de la familia, negociando decenas de millones con los bancos con igual seguridad con la que años antes manejaba la máquina de coser.

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