La Bienal de Venecia selecciona la regeneración de la cantera del castillo de Dénia de Guallart
El proyecto se exhibirá en el pabellón oficial junto a sesenta edificios de todo el mundo
El arquitecto valenciano Vicente Guallart ha sido seleccionado para participar en el pabellón oficial de la novena edición de la Bienal de Venecia de Arquitectura, que bajo el lema Metamorph se celebrará en la ciudad italiana entre el 12 de septiembre y el 7 de noviembre. La regeneración de la cantera del castillo de Dénia, seleccionada por el comisario de la muestra, Kurt W. Forster, se expondrá junto con otros sesenta proyectos arquitectónicos elegidos en todo el mundo en el apartado de nuevas topografías y estructuras que desarrollan relaciones complejas con sus lugares.
La intervención de Guallart en la cantera de la cara norte del castillo de Dénia, que ganó un concurso nacional en 2002 tras haber redactado ya el arquitecto el Plan Especial de Protección y Preservación de Dénia y su Entorno, propone regenerar la volumetría de la montaña utilizando una compleja geometría basada en la piedra caliza existente, que genera un sistema hexagonal que se adapta a los requerimientos funcionales construidos en su interior.
Éste, según el arquitecto, es un proyecto que muestra cómo crear un hito urbano, mediante una recuperación medioambiental en una zona degradada, en el entorno de un monumento artístico. "Creo que la mejor manera de proteger el patrimonio es aumentarlo. Por ello se puede actuar respetando la historia, pero proponiendo un futuro que responda a la cultura y a la sociedad de nuestro tiempo", afirma.
Para Guallart, la arquitectura está en un proceso de metamorfosis, tal y como apunta el lema de la Bienal de Venecia de Arquitectura concebido por el comisario Kurt W. Forster, habitual en los cursos de arquitectura de Harvard, el MIT, la ETH de Zurich o la Universidad de Weimar, donde en la actualidad es gropius profesor. "La ciudad y el campo se confunden, como la arquitectura y la naturaleza", expone para fundamentar una nueva lógica de construir "edificios que se comporten como un organismo".
En este sentido, el arquitecto propone reconstruir la estructura geológica del macizo siguiendo la teoría de los fractales y la similitud de las escalas a partir de la estructura de una piedra. El resultado final es un edificio que es una estructura con una piel romboidal fiel a la lógica de los cristales de la calcita, recubierta con la propia piedra de la cantera como material de acabado, creando caminos y rampas que permiten el uso público de la superficie creada y un mejor acceso al castillo.
El proyecto, que está actualmente a la espera de la aprobación del Plan General Transitorio de Dénia y de los debates en la Agencia Local 21 para definir los usos finales que debe acoger, contempla la construcción de diversos equipamientos urbanos y será desarrollado con participación del sector privado. El más vistoso de ellos es un centro multifuncional con instalaciones, servicios y espacio abierto. Según el arquitecto, a la conservación de los restos históricos se añade una nueva señal arquitectónica "que actuará como un foco de atracción para la cultura, el turismo y la actividad económica".
El interior del espacio regenerado, según la propuesta original que deberá adaptarse al consenso local, se estructuraba alrededor de tres centros de atracción funcional, definidores de espacios para la interacción social, sugeridos por las necesidades del consistorio de Dénia. Se contemplaba un ágora (en cuyo alrededor se disponían una zona comercial con cines y restaurantes), un auditorio (con una zona para congresos y reuniones cívicas) y un balneario (con un lago de agua de mar).
Además de la conservación y protección del castillo, así como la construcción del centro multifuncional, entre los objetivos de la actuación están la creación de un centro cultural en la Plaça del Consell, la extensión de un túnel de peatones y la protección de L'Hort de Morand, que contiene restos de la ciudad romana. Guallart se muestra convencido de que éste "es un proyecto de los que le dan escala a una ciudad" y de los que sirven para afianzar la idea de que "construir el territorio no es necesariamente hacer edificios sino crear paisajes". El arquitecto considera que el proyecto potencia las posibilidades de Dénia como ciudad intermedia y, ante las suspicacias de los arquitectos locales (que criticaron que Guallart ganara el concurso mientras realizaba el plan de protección del castillo), confía en que cualquier debate sobre esta intervención se afronte siempre desde la perspectiva de la cultura y no desde los intereses partidistas de la política.
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