Shell invertirá 2.000 millones de dólares en recomprar sus acciones para sortear la crisis
La petrolera anuncia que el beneficio neto ha caído un 16% en el primer trimestre
La petrolera anglo-holandesa Royal Dutch-Shell anunció ayer que invertirá 2.000 millones de dólares (1.650 millones de euros) a lo largo de este año en la recompra de sus acciones, que ayer cotizaban a 40,79 euros en Amsterdam y 3,93 libras en Londres. La medida pretende recuperar la confianza del mercado después de que la empresa entrara en una crisis que aún no ha tocado fondo, por la contabilización errónea o presuntamente fraudulenta de sus reservas de crudo. Al tiempo que anunció la recompra, Shell informó que su beneficio neto había caído un 16% en el primer trimestre.
El anuncio de Shell de recomprar sus acciones tiene como objetivo recuperar la confianza del mercado y, al menos en la primera jornada, lo logró. Las acciones de la segunda petrolera de Europa se revalorizaban a media sesión de ayer un 1,60% en la Bolsa de Londres (hasta las 3,93 libras), en torno a un 1,90% en Nueva York (48,63 dólares), y un 1% en Amsterdam (40,65 euros).
A partir de hoy, se prevé que esos valores se mantengan o incluso suban, ya que el mercado sabe que la petrolera puede en cualquier momento echar mano de parte de esos 2.000 millones de dólares que ha destinado a la recompra de sus acciones y elevar, con esta maniobra, su cotización bursátil. La empresa tiene previsto escalonar a lo largo de todo este año las operaciones de recompra y es obvio que utilizará este recurso como un comodín cuando tenga una mala mano.
Ayer fue uno de esos días, por eso el holandés Jeroen van der Veer, el presidente de Shell desde hace un mes, optó por anunciar la operación de recompra en simultáneo con los malos resultados trimestrales del grupo. El beneficio neto de Shell fue de 4.433 millones de dólares entre enero y marzo, lo que supuso un retroceso de 16% en comparación al mismo periodo del año anterior. Shell, no fue la única petrolera que redujo sus ganancias hasta marzo, también las de ExxonMobil bajó en 1.600 millones de dólares, hasta los 5.440 millones.
Caída de la exploración
El beneficio neto de Shell se redujo considerablemente, pero lo que más atrajo la atención de los inversores fue la reducción en un 9% de los resultados del negocio de exploración y producción petrolífera. Después de todo, la raíz de una de las peores crisis de Shell en sus 100 años de historia está en este área de negocio.
A lo largo del último año, Shell debió revisar tres veces a la baja su nivel de reservas petroleras y de gas, hasta recortarlas en torno a un 20%, lo que equivale a unos 4.300 millones de barriles equivalentes de petróleo. Las revisiones de una errónea o fraudulenta, aún no se sabe, contabilización de las reservas provocó una crisis sin precedentes en la compañía que primero le costó el puesto al entonces presidente Phil Watts, y más tarde, al responsable de la división de Exploración y Producción, Walter van de Vijver (ambos dimitieron a comienzos de marzo). Tras ellos, la directora financiera, Judy Boynton, fue separada de su cargo, aunque permanece en la compañía como asesora de Van der Veer.
La purga de altos cargos coincidió con la apertura de diversas investigaciones por parte de las autoridades del mercado de valores estadounidense y británico. Añadido a esto, en EE UU el Departamento de Justicia tomó cartas en el asunto ante la sospecha de que el cálculo inexacto de las reservas no había sido un error, sino una acción premeditada para ocultar a los inversores la mala situación de la petrolera.
Hace una semana, la propia petrolera divulgó que tanto el ex presidente Watts como el director de la división de exploración y producción eran conscientes desde hacía varios meses de la situación de las reservas del grupo. No obstante, como señalaron después las autoridades, esto no prueba de momento que ellos tuvieran algo que ver en la manipulación de las cifras de reservas.
En todo caso, fraude o no mediante, el escándalo he hecho mella en la imagen y credibilidad de la petrolera. Por ello, en el último mes Van der Veer ha ido anunciando operaciones clave para restablecer la confianza de los inversores: una auditoría externa para confirmar el nivel real de existencias, cambios en la cúpula directiva y en la gestión, más inversión en exploración petrolífera para restablecer los niveles de reservas y, por último, el anuncio de la recompra de acciones. Recientemente, la petrolera británica BP propuso, además, que se revisen las normas de contabilización de las reservas para evitar otro caso como el de Shell.
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