La Generalitat valenciana se replantea el patrocinio ciclista

Los 1,8 millones de euros con que la Generalitat valenciana patrocina al antiguo Kelme sólo cubren las necesidades del equipo ciclista hasta el mes de junio. Al día siguiente de que el Giro le informara de que no le admitirá este año, Esteban González Pons, conseller de Educación, Cultura y Deporte, anunció que la Generalitat se replanteará su patrocinio. Falto de fondos para avalar sus contratos, el conjunto no ha podido inscribir en la UCI a siete de sus corredores, entre ellos Ángel Casero.

La desaparición a mitad de temporada del histórico Kelme, azotado por las revelaciones sobre el dopaje de su ex corredor Jesús Manzano, excluido por el Tour y el Giro y envuelto en una permanente crisis económica, ha pasado de la condición de posibilidad a la de probabilidad después de que su único patrocinador, la Generalitat valenciana, haya empezado a emitir en voz alta sus dudas sobre la pertinencia de la inversión. González Pons, que firmó en enero el acuerdo marco -un contrato en el que no se especifica una duración mínima del patrocinio- con el antiguo patrón del Kelme, José Quiles, se preguntó ayer si tenía sentido "que la Generalitat se gaste tanto dinero y luego el equipo no pueda correr nunca en vueltas importantes".

Una de las estipulaciones del acuerdo marco señala: "Si no se consiguieran patrocinadores suficientes para garantizar la totalidad del presupuesto, el mismo deberá reducirse en la cuantía efectivamente patrocinada". Los 1,8 millones de euros de la Generalitat sólo cubren, según diversas fuentes, un 60% del presupuesto -la única parte documentada ante la UCI- y probablemente se agotarán en junio. Entonces, los corredores más importantes del equipo -Alejandro Valverde, Rubén Plaza, Carlos García Quesada...- encontrarían hueco en otros equipos y los demás, una vez cumplidos los tres meses de contrato que cubre su aval, deberían ser indemnizados por la Generalitat valenciana.

Todos los problemas se habrían evitado con el traspaso de Valverde -la joya del ciclismo español- a finales de la temporada pasada. Por un lado, se habría ingresado una buena cantidad económica -la oferta del Liberty superaba el millón de euros- para mantener la estructura; por otro, se habría ahorrado el equipo el millón de euros del contrato del corredor. Cuando la UCI obligó a los gestores a avalar no sólo el contrato, sino también las primas prometidas al corredor murciano, los 500.000 euros depositados en el organismo internacional se quedaron escasos para avalar el contrato de todos los corredores del equipo. Así, siete ciclistas, entre los que destaca Ángel Casero, ganador de la Vuelta de 2001, quien tiene un contrato de 240.000 euros, no han podido aún ser inscritos ante la UCI.

"Los organizadores de las carreras nos han abandonado y no tienen interés en que la Generalitat Valenciana salve al equipo Kelme", añadió González Pons. Al conseller, sin embargo, le recordaron desde el equipo que, cuando el 15 de enero, dos meses antes de las confesiones de Manzano, acudió a salvar al equipo, éste no contaba con ninguna garantía de que el Tour o el Giro les invitaran a sus carreras ni con ningún derecho a participar en ellas. De hecho, la condición que fijó era la inscripción del equipo en la UCI y el consiguiente derecho a participar en las carreras amparadas por la misma, sin especificar su nombre, ni su categoría, ni su nivel.