El Giro de Italia tampoco invitará al Comunidad Valenciana-Kelme

El Giro de Italia anunció ayer, en Milán, a los responsables del equipo Comunidad Valenciana-Kelme que no serán invitados a la próxima edición de la carrera rosa, que comenzará el próximo 8 de mayo en Génova.

Hace pocas semanas, a raíz de las confesiones en el diario As de Jesús Manzano, el ex ciclista del Kelme que denunció la existencia de un sistema de dopaje en el equipo, también el Tour de Francia retiró su invitación al conjunto liderado por Alejandro Valverde. Así, pues, sólo una de las tres grandes citas, la Vuelta a España, atada por los convenios con la asociación de equipos, mantiene su invitación a un grupo que estuvo a punto de desaparecer a finales de 2003.

Los problemas económicos de un equipo que ya lleva 25 años en el pelotón internacional, sólo superados con la ayuda pública de la Generalitat valenciana, supusieron su descenso a la segunda división y la consiguiente pérdida de su derecho a participar en las mejores competiciones, las tres grandes rondas por etapas y la Copa del Mundo.

"Me siento decepcionado", dijo el director del equipo, Vicente Belda, quien está convencido de que el veto es consecuencia de las declaraciones, "mentiras", según él, de Manzano; "estoy decepcionado porque siempre que nos ha necesitado el Giro ahí hemos estado, antes y después de los registros de San Remo, y no como otros equipos. De todas maneras, me lo esperaba porque aún no habíamos recibido noticias de recorridos y hoteles".

Aunque Ennio Mazzei, el administrador delegado de RCS, el organizador del Giro, que recibió en su despacho a José Emilio Cervera, secretario de la Generalitat, y a José Luis Aznar, gerente del grupo deportivo, no ofreció ningún comentario público de las razones de la no invitación, a nadie se le escapa la gran repercusión que han tenido en Italia las revelaciones de Manzano, quien se presentó en la plaza de San Pedro ante el papa Juan Pablo II con el maillot del Amore e Vita y también acudió a declarar ante el fiscal de Turín, Raffaele Guariniello, el azote del dopaje.