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Reportaje:

Flamenco universal

Representantes de 20 países actúan en el Concurso Nacional de Arte Flamenco que se celebra en Córdoba

Hubo un tiempo en que era impensable hablar de flamenco fuera de nuestras fronteras. Eso ha cambiado y ahora, países como Japón se desviven por este arte. El nipón no es el único país que nutre de artistas al Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. De los 246 inscritos, 21 proceden de 15 países de toda Europa y de Líbano o Turquía.Ayer se cerró la fase de admisión y el próximo miércoles se conocerán los ganadores de los 16 premios en las modalidades de baile, cante y guitarra.

Mariko Sekine, Mari, baja sudando del escenario. Es una de las nueve japonesas que compiten en la sección de baile. Mari es de Tokio y hace diez años conoció el flamenco. Desde hace dos y medio vive en Sevilla y su único horizonte vital es el baile, como profesional o profesora. Mañana y tarde cinco días a la semana asiste a clases y cuenta que casi la mitad de las alumnas son japonesas. Ya hizo sus pinitos en Tokio dando clases de sevillanas, "como afición", aclara. Pero lo de ahora es más complejo: alegrías soleares...

Mari, de 28 años, pensaba regresar a su país el año pasado, pero vio en Internet la convocatoria del concurso, que se celebra cada tres años, y decidió apuntarse. Asegura en un correcto español que está muy nerviosa y se autoerige demasiado. No es para menos. Por el certamen cordobés han pasado en sus inicios los mejores: Mario Maya, José Mercé, Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar, entre otros.

Es la primera vez que Mari baila para el público. Y si la primera vez abruma, que entre los espectadores esté el jurado lo hace aún más tenso. Pero sus compañeros la animan, conocen bien el concurso y le aseguran que pasará a la final. No sería la primera vez. En 1995, la bailaora japonesa Atsuko Kamata, Ami, ya lo hizo.

Rafael Sánchez Chencho, de 28 años, conoce bien el concurso. Chencho lleva desde los 8 años taconeando y lo hace mientras espera su momento en la trastienda del escenario. Se presentó en 1998 y, aunque no logró ningún premio, sí bailó en la final para uno de los ganadores de la modalidad de guitarra, Alberto Lucena. Este año espera resarcirse. Chencho destaca que el certamen de Córdoba es "el más importante" del país. Nació en Madrid, pero es cordobés de adopción y, entre sus viajes para actuar en Japón o Finlandia, encara la última fase de la carrera de medicina. Quiere ser cirujano. Es obvio que bailaor ya lo es.

Para quienes no puedan costeárselo, el certamen cordobés ofrece guitarristas oficiales, palmeros, cantaores y una bailaora para el acompañamiento. Uno de ellos es el cantaor Juan Reina, que lleva 40 años cantando para los mejores. También lo hizo para Atsuko Kamata cuando gano en 1995. Ahora, Mariko Sekine, Mari, aunque lleva su propio grupo, espera seguir sus pasos.

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