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Un desplome obliga a reponer parte del techo del hospital de Fuenlabrada

La dirección del hospital también ha pedido que se cambien dos puertas de la UCI

Oriol Güell

A los cuatro meses de su apertura, el hospital de Fuenlabrada ha sufrido su primer revés importante de construcción. Dos bandejas, de unos 15 kilos de peso cada una, se han desplomado del falso techo de madera desde ocho metros de altura. Este percance ha obligado a reforzar todo el techo del vestíbulo, la planta baja y la cafetería. Las obras no terminarán hasta finales de mayo y su coste será asumido por la empresa constructora.

El primer desplome, ocurrido el pasado 18 de marzo, a las dos de la tarde, causó un gran estruendo. El ruido atemorizó a los trabajadores. "Nos llevamos un susto enorme, porque no había pasado ni una semana de los atentados del 11 de marzo", recuerda un empleado.

Algunos trabajadores denuncian, además, otros fallos en los quirófanos, la UCI y las salas de radiología. El hospital de Fuenlabrada los minimiza o los considera, simplemente, "pasos previos a la apertura de cualquier hospital".

La parte del techo del hospital de Fuenlabrada afectada por el desplome está formada por bandejas de dos metros de largo por más de un metro de ancho, de un aglomerado de madera. Cada bandeja pesa unos 15 kilogramos. Como la altura del vestíbulo es de ocho metros, el golpe fue tremendo.

La dirección del centro admite que la hora a la que se produjo el desplome fue, efectivamente, las dos de la tarde, pero matiza "que en ningún momento ningún trabajador estuvo en peligro". El hospital decidió cerrar inmediatamente todo el vestíbulo y abrir pasos alternativos para la circulación de pacientes y trabajadores.

"El techo, como el resto del edificio, había pasado los pertinentes controles de calidad, por lo que nos preocupó la caída del techo", explica un portavoz del hospital. El 18 de marzo era jueves, el día siguiente era festivo y los técnicos de la empresa constructora, una UTE formada por ACS y Necso, pasaron todo el puente revisando la estructura. "Concluyeron que era un fallo de tornillería y el lunes siguiente reabrimos el vestíbulo, excepto la parte donde se había producido la caída", explica la gerencia.

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Una semana después, el día 25, se desplomó una segunda bandeja. En esta ocasión el incidente ocurrió sobre las 22.00, cuando el vestíbulo está prácticamente vacío.

Tras el segundo desplome, la dirección tomó una decisión drástica: obligar a la constructora a cambiar todo el techo del vestíbulo, la cafetería y la planta baja "como medida de precaución, debido a que ya no era sólo un problema de tornillería, sino del anclaje del techo".

En total, más de 1.300 metros cuadrados de superficie. La operación de reforma, que tiene un plazo de ejecución previsto de casi dos meses, empezó poco después de la segunda caída. Así que si los planes se cumplen, estará terminada a finales del mes de mayo. Durante estos días, el hospital sigue funcionando bajo el hormigón y las vigas mientras las bandejas del falso techo se acumulan en los rincones y los pasillos de la planta baja.

El centro también ha ordenado a la empresa constructora que cambie las puertas de acceso a dos unidades de las 13 que tiene la UCI. Estas puertas, que son de cristal porque el personal sanitario debe tener siempre controlado a los enfermos, están diseñadas "de una sola pieza" y por eso existe "riesgo de rotura por posibles golpes con las camas", según la gerencia.

Este cambio en la UCI, junto a la compleja instalación de las lámparas de los quirófanos y el aislamiento con plomo de las salas de radiología, habían sido criticados por algunos trabajadores, que consideraban estos casos "ejemplos de los problemas de planificación que el centro está sufriendo en su puesta en marcha". La dirección, en cambio, niega que en los quirófanos o en radiología se estén produciendo retrasos en la instalación de los equipos. "Son espacios con tecnología punta y su puesta en marcha es siempre lenta y se desarrolla paso a paso", explican.

"Aislamiento especial"

"Por ejemplo", continúa la dirección, "no es cierto que en radiología no se aislaran las paredes con plomo por falta de previsión. Lo que ocurre es que las paredes no pueden aislarse con plomo hasta que los equipos han sido comprados. Cada equipo necesita un aislamiento propio y especial".

El hospital de Fuenlabrada atendió a sus primeros pacientes en enero, mes en el que abrieron sus consultas externas. Desde entonces, el centro ya ha atendido más de 30.400 consultas. Hace algo más de un mes y medio abrieron sus dos quirófanos de cirugía mayor ambulatoria, que ya han intervenido a 291 pacientes. El centro tenía ayer sólo una treintena de sus 385 camas ocupadas. El resto siguen esperando a la puesta en marcha de los nueve quirófanos de cirugía general y la UCI, previstas para para dentro de tres semanas, y de las urgencias, para finales de mayo o principios de junio.

El hospital de Fuenlabrada atenderá cuando esté a pleno rendimiento a 200.000 personas de Fuenlabrada, Humanes y Moraleja de Enmedio. Esta población crecerá hasta los 225.000 habitantes en 2010. El centro tiene una superficie construida de 57.000 metros cuadrados, en él trabajarán más de 1.000 empleados y ha costado 123 millones de euros entre la construcción del edificio y la compra de los equipos médicos.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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