Lola Flores, Montalbán y la medalla del príncipe Felipe

Mientras el consejero delegado Miguel Ángel Villanueva presentaba en los pasillos el estudio sobre el Rastro, en el salón de plenos de la Casa de la Villa se celebraba una de las sesiones más cortas (sólo cuatro horas y media) y aburridas del último año. Casi en ningún punto del día hubo debate, y ninguna de las 10 proposiciones de los grupos de oposición fue aceptada. Fue, eso sí, un pleno lleno de estrenos: Pilar Martínez, como concejal de Urbanismo -le tocó lidiar con lo mismo que a su antecesor Pío García-Escudero: la M-30-; el propio Villanueva al frente de Economía, y la edil de Empleo y Servicios al ciudadano, Ana Botella, en su primer pleno desde que dejó de ser inquilina de La Moncloa.

Los únicos murmullos, protestas e incluso algún pataleo los provocó un día más la discusión sobre la M-30 y sus semáforos, que consiguen enfrentar a Gobierno y oposición en cada sesión plenaria. Pilar Martínez reiteró que la M-30 es una "vía urbana" que no necesita declaración de impacto ambiental para ser reformada, y los concejales del PSOE, Félix Arias, e IU, Inés Sabanés, insistieron en que acudirán a todas las instancias posibles para lograr que haya declaración de impacto, empezando por el Gobierno central, ahora socialista.

Sabanés logró que se aplazara un mes la propuesta de asignar los nombres de la cantante Lola Flores, el ex alcalde Miguel Ángel García-Lomas, el Padre Poveda y el escritor Manuel Vázquez Montalbán a sendos viales de San Blas. La portavoz de IU argumentó que se debían debatir por separado las cuatro propuestas, porque su grupo quería apoyar las de Flores y Montalbán, abstenerse en la del Padre Poveda y rechazar la de García-Lomas. "Había un acuerdo en este Ayuntamiento: no dar calles a políticos de periodos predemocráticos", subrayó.

El pleno aprobó por unanimidad conceder la medalla de honor de Madrid al príncipe Felipe y a los servicios de emergencia que atendieron a las víctimas del 11-M.