El Banco de España pide prudencia en las tasaciones ante la fuerte subida de las hipotecas
La institución supervisora quiere que no se rebajen ni las garantías ni los precios de los créditos
El Banco de España continúa intentando frenar el crecimiento de precios en el mercado hipotecario. Pedro Pablo Villasante, director general de Supervisión, pidió ayer a las entidades "la aplicación de criterios prudentes" a la hora de tasar las viviendas para fijar después el importe del crédito, porque esta relación "constituye un eficaz factor de protección en época de dificultades". Por otro lado, Alfredo Sáenz, consejero delegado del Santander, anticipó una década de reducción de ingresos y recomendó que no se base el crecimiento en hipotecas "porque pueden no ser recurrentes".
Ayer, hasta tres ponentes del XI Encuentro del Sector Financiero, organizado por Deloitte y Abc, pidieron prudencia ante la escalada de precios del mercado hipotecario. El primero en hacerlo fue el supervisor, Pedro Pablo Villasante, seguido de Alfredo Sáenz y Ángel Ron, consejero delegado del Banco Popular.
Ante un mercado que ha visto cómo los precios de la vivienda subieron un 20% en 2003, el representante del Banco de España pidió a bancos y cajas que, "en la actual coyuntura de incremento de volumen de negocio, presión de la demanda y competencia creciente, las entidades no deben relajar los criterios de concesión, ni por lo que respecta a la capacidad de reembolso requerida, ni por lo que respecta al nivel de las garantías exigidas ni por lo que respecta al precio". Además les sugirió que concedan los créditos en función de la capacidad real de devolución de quien lo solicita, no basándose en las garantías o los avales. "La garantía no puede ser la base sobre la que se fundamente la decisión aprobatoria o denegatoria", sentenció Villasante.
También les recordó que "la existencia de garantía hipotecaria no puede sustituir al análisis de la contraparte ni a una eventual falta de información". Por eso pidió "prudencia" a la hora de realizar tasaciones para fijar el importe del crédito y que los administradores tengan en cuenta "que la aplicación de políticas permisivas" en las valoraciones "pueden incrementar el importe de las pérdidas, esperadas o inesperadas".
Villasante fue más lejos y puso el dedo en la llaga: las agresivas ofertas hipotecarias. "El precio debe estar directamente relacionado con el nivel de riesgo asumido en cada operación" y recordó que se debe seguir la evolución tanto del cliente como del sector "debiéndose involucrar los órganos de administración". Por último pidió "una política de especial transparencia con la clientela y cumplir de manera estricta las normas de protección al consumidor". Por último, el supervisor solicitó a las entidades que "evalúen la necesidad de operar en distintas zonas geográficas, incluidos los denominados centros off-shore (paraísos fiscales), y medir los riesgos legales y de reputación en que se incurre".
Años duros
El vicepresidente y consejero delegado del Santander Central Hispano (SCH), Alfredo Saénz, auguró, en las mismas jornadas, cinco años muy duros para las entidades financieras, que ya no contarán con el empuje hipotecario "que ha compensado la presión sobre los márgenes. Pero estos ingresos no son recurrentes porque provienen de las plusvalías de Bolsa y del mercado de renta fija", explicó. En esta nueva situación será difícil conseguir aumentos de beneficios superiores al 10%.
Sáenz explicó que en los próximos años las entidades más débiles obtendrán resultados "inaceptables", de los que podrán beneficiarse las mejor gestionadas, a las que se les abrirán "grandes oportunidades". Para salir airosos de este lustro, añadió, es necesario que los bancos y las cajas eviten la tentación de lanzarse a la compra de otras entidades para "maquillar" sus resultados, porque podría ser un "grave error".
Sáenz apostó por la deslo-calización de "algunos servicios financieros, como los centros administrativos y los call center" como una vía para los bancos españoles para reducir costes.
Ángel Ron, consejero delegado del Popular, comentó que la "feroz" competencia entre bancos y cajas a veces "supera los límites de la racionalidad" en la lucha por incrementar la cuota de mercado y que la banca comercial tendrá que enfrentarse a dificultades "crecientes cuando empiece la más que previsible ralentización del crédito y se modere el efecto del boom inmobiliario".
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