Problemas en el intercambiador

Los problemas que el intercambiador de transportes de avenida de América está acarreando a los vecinos de los números impares de esta avenida, no son pocos: salida de calor y humos malolientes por los enormes extractores cercanos a las viviendas, que inoculan prácticamente en el salón de tu casa, el monóxido de carbono de los autobuses de los pisos interiores del intercambiador.

Ello impide a los pisos más bajos abrir las ventanas, lo cual es insufrible en verano.

A esto se une el motivo principal de esta carta: el absurdo trazado de la calzada de la vía de servicio, de apenas cinco metros de ancho.

Una hilera de 25 taxis en un espacio de parada inexplicablemente tan largo como la calle, reduce la calzada a la mitad, impidiendo que los vecinos puedan estacionar su coche siquiera unos momentos para transportar maletas o paquetes a su vivienda, pues no permitiría el paso de un tercer vehículo.

El tiempo empleado por una persona mayor en bajar o subir de un vehículo, ya es motivo suficiente para que se origine un colapso de tráfico, con los ensordecedores toques de claxon consiguientes, e increpaciones de los taxistas que consideran la calzada de su uso exclusivo..

Es la única calle en Madrid, excluyendo las peatonales, en que no pueden, no ya aparcar, sino simplemente parar vehículos particulares.

Las ambulancias tampoco pueden hacerlo, y los enfermos con sus camillas han tenido que esperar o recorrer distancias impensables.

Entiendo que toda obra tiene sus inconvenientes, pero creo que éstos son intolerables, sobre todo cuando la acera es innecesariamente ancha.

Señor Gallardón, como responsable de esta situación y promotor de la obra en cuestión, le invito a proporcionar una solución. No debe permitirse la negación de unos derechos que encuentro elementales para los vecinos de la zona.

Le invitamos tan sólo un día a compartir nuestros problemas, y a ser posible en verano, cuando los extractores con sus bocanadas "refrigeran" a conciencia la zona.