El fin de la unanimidad
Los nuevos dirigentes del PP tratan de imponer la disciplina en los conflictos que emergen en la nueva etapa, ya sin Aznar
El PP tiene en Valencia una brecha abierta entre los partidarios del presidente de la Comunidad, Francisco Camps, y los hombres del portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana. En Madrid, la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde del Ayuntamiento de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, no terminan de enterrar el hacha de guerra.
En el País Vasco, uno de los tres vicesecretarios regionales del partido y concejal de Bilbao, Antonio Basagoiti, se quejó en público de que "muchos de los males" de su partido radican en que "muchas de las decisiones" no se toman en el País Vasco sino en Madrid. Y advirtió refiriéndose a Madrid: "A este partido no le hacen falta tutelas de nadie".
"De todos los problemas territoriales, el más grave es el de la sucesión de Fraga"
Una vez que la dirección del partido, en la calle Génova, ha decidido que el líder del PP vasco, Jaime Mayor Oreja, acuda a las próximas europeas, el puesto de líder queda vacante y alguno de los populares vascos no quieren que les venga impuesto desde Génova. Sin embargo, otros cargos como Alfonso Alonso, alcalde de Vitoria, también vicesecretario general del partido, creen que el líder idóneo ahora podría ser la comisaria europea Loyola de Palacio, quien gozaría de todo el apoyo de Génova.
En Galicia, el PP abrió el jueves un expediente disciplinario al concejal y ex alcalde de Pontevedra José Rivas Fontán por decir que el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, "está mayor" y "debería pensar en una retirada". Si se presenta a las autonómicas de 2005, Fraga lo haría con 83 años. Y ya advirtió antes de las elecciones ante un grupo de periodistas que si Rajoy no conseguía los resultados esperados en España, tendría que sacrificarse por Galicia y por el partido.
"Los dos Aznar"
"En realidad, todas estas divisiones" que está viviendo el partido, indica un cargo del PP valenciano próximo a Francisco Camps, "son fruto de los dos Aznar que hemos conocido en los ocho años de Gobierno. Ángel Acebes, Alberto Ruiz-Gallardón y Francisco Camps representan al primer Aznar. Y Eduardo Zaplana y Esperanza Aguirre representan al segundo Aznar, el más reciente, el del poder, el de la bandera de España en Colón, el que tiene razón porque la tiene".
Por si fueran pocas esas cuatro brechas territoriales, se añade un problema adicional a la hora de ejercer la oposición en el Congreso: "Con nuestro grupo parlamentario tenemos un problema porque el partido diseñó las listas con la idea de que íbamos a seguir gobernando. Por eso, la mayoría de los directores generales, secretarios de Estado y subsecretarios, es decir, la gente mejor preparada, los que mejor se conocen sus temas, iban en los últimos puestos de las listas. Gente como el director de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, o el equipo económico de Rodrigo Rato están fuera del Congreso. Y encima la mitad de los ministros quiere irse a Bruselas".
"De todos esos problemas territoriales", indica un alto cargo del partido en Génova, el único verdaderamente serio es el de Galicia. "Eduardo Zaplana está retirado de la batalla por Valencia. Si de verdad estuviera en activo, el que andaría retirado en estos momentos sería Camps. En Madrid, Esperanza y Alberto coincidirán por pura necesidad frente al Gobierno central. En el País Vasco nadie le va a hacer frente al secretario general adjunto del partido, Ángel Acebes. Y en el Parlamento, la cosa no está mal. Zaplana es una locomotora y le va a infundir un ritmo tremendo a los diputados. Pero en Galicia sí puede haber problemas con la sucesión o no sucesión. Y nos jugamos allí la mayoría absoluta".
Siempre que se habla en el PP de la sucesión de Fraga suena el nombre de la ministra Ana Pastor para sucederle, quien ha pasado de ministra de Sanidad a coordinadora del área de acción sectorial y participación en el PP.
Sin embargo, hay un sector del PP en Galicia claramente vinculado a las zonas rurales que airea constantemente el hecho de que el batacazo que ha sufrido el PP en Galicia -a pesar de que el candidato a la presidencia era gallego- y en concreto en Pontevedra, donde Pastor iba como cabeza de lista, no tuvo precedentes. Pero Pastor se defiende y alega que antes de los atentados del 11 de marzo las encuestas eran de una mayoría abrumadora para el PP en Pontevedra. No obstante, los amigos de Ana Pastor insisten en señalar que "el objetivo que ella se ha trazado es permanecer cuatro años en la sede de la calle de Génova, sin moverse de Madrid".
"Y lo va a pasar mal Ana Pastor", augura un diputado del PP. "Porque a nadie le cabe la menor duda de que ha sido la mejor ministra de Sanidad. Pero cuando se pone a hacer oposición, es que no le sale. Lo que a ella le sale es ayudar a la actual ministra, darle consejos en vez de críticas. Y lo mismo sucede con Elvira Rodríguez, la anterior ministra de Medio Ambiente".
El despacho de Ana Pastor en la calle de Génova transmite la misma efervescencia y sensación de trabajo que cuando era ministra de Sanidad. "Dicen que el teléfono deja de sonar, pero fíjese la lista de llamadas que tengo aún por atender". Y muestra varios folios con un listado.
Ana Pastor expresa algo en lo que todas las fuentes del PP consultadas coinciden: "En el debate de la sesión de investidura se nos subió la moral a todos porque vimos a un Mariano fresco, ágil, con personalidad y estilo propio, que replicó estupendamente. Y a Zapatero se le vio poco concreto".
¿Por qué se le abren al PP ahora tantas heridas cuando en menos de dos meses habrá elecciones europeas? "Todo partido que pierde las elecciones se resiente. Hay que pasar el luto. Y el PP ha empezado a pasarlo. Hay peleas a muerte por adueñarse con los restos del naufragio", reconoce una fuente del PP valenciano.
Las elecciones europeas del 13 de junio serán una especie de examen. Pero nadie se hace demasiadas ilusiones en el PP. "Normalmente las europeas son un voto de castigo al partido que gobierna", señala otro cargo del PP. "Pero ahora es que no va a dar tiempo de demostrar las incongruencias que ha cometido el PSOE en tan poco tiempo. Hay cosas que necesitan varios meses para que calen en la gente. Jaime lo va a tener difícil". "Hay quien está esperando dentro del partido que nos estrellemos en las europeas para lanzarse contra Rajoy", indica un fuente del Gobierno regional madrileño.
"En tierra de nadie"
¿Hay falta de autoridad en el PP para imponer orden? Las fuentes del PP en Valencia señalan que Rajoy habló varias veces con Francisco Camps. Sin embargo, a la Comunidad de Madrid no llamó. "Es que Génova en Madrid", indica un cargo del PP, "no tiene ahora el mismo poder. Estamos en tierra de nadie. Porque el poder que puede ejercer el partido es el de poner o no poner a alguien en las listas para las próximas elecciones. Y las próximas municipales, regionales y generales quedan demasiado lejos".
Un alto cargo del PP en Valencia asegura que si Rajoy no se impone en Valencia, en el País Vasco o en Madrid "este año será el comienzo de las baronías en el PP, reproduciendo los diversos encontronazos que los presidentes autonómicos socialistas han tenido con la dirección del PSOE".
"De momento, son mucho más graves los desencuentros que mantiene Pascual Maragall con el ministro de Administraciones Publicas, Jordi Sevilla, que los que pueda haber entre Eduardo Zaplana y el presidente de la Comunidad Valenciana", indica un diputado del PP.
"En el PP", añade otro alto cargo popular, "hay un sentido de la unidad que no lo ha habido nunca en el PSOE. Y eso no se cambia de la noche a la mañana".
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