"Nadie corrió más que el médico y el masajista"

Llegaron al partido lanzándose toda clase de flores, intercambiando los mayores elogios sobre sus respectivos equipos. Pero tras el bronco partido de ayer, puede abrirse un abismo entre José Mourinho y Javier Irureta, entrenadores del Oporto y el Deportivo. El motivo fue la singular lectura del partido que hizo el técnico portugués, quien lanzó una prédica interminable contra el árbitro y contra la actitud del Deportivo. Mourinho acusó a su rival de "perder tiempo desde el primer minuto de partido" y, frente a las quejas de los deportivistas por la dureza del Oporto, sostuvo que los jugadores de Irureta se dedicaron a exagerar la gravedad de las faltas cometidas por el rival. "Los que más corrieron en el Deportivo fueron el médico y el masajista, que se pasaron la noche entrando y saliendo del campo", ironizó Mourinho.

"El Oporto juega siempre al límite de la tarjeta", se quejó Sergio. "Son gajes del oficio, pero nos han dado muchas patadas", corroboró Pandiani. El partido ofreció imágenes que justifican los lamentos de los deportivistas. La más espectacular fue una brutal patada de Ricardo Carvalho en el muslo de Manuel Pablo que el árbitro sólo castigó con tarjeta amarilla. Pero hubo más, desde un pisotón de Jorge Costa a Fran hasta las constantes arremetidas de Paulo Ferreira contra Luque, que tuvo que marcharse antes del descanso con un fuerte golpe en el tobillo.

Mourinho, sin embargo, vio otra cosa. Puro teatro, según se desprende de sus palabras. Para perplejidad general, el técnico portugués aseguró que Ricardo Carvalho ni siquiera tocó a Manuel Pablo. "Cuando llegue a casa, véalo en la televisión", recomendó al periodista que le insistía sobre la acción de su jugador. Es más, Mourinho acusó al árbitro de ser demasiado permisivo con el Deportivo. "Mauro Silva tenía que haber sido expulsado y, aunque la tarjeta de Andrade puede haber sido injusta, mucho antes había hecho otra entrada que mereció la expulsión", insistió el portugués.

Toda la conferencia de prensa del técnico del Oporto fue un ataque contra Markus Merk, con el que tiene viejas cuentas pendientes. "Nos ha hecho lo mismo que en otro partido de la Liga de Campeones hace tiempo contra el Madrid en el Bernabéu", explicó. "Entonces no había expulsado a Hierro y a Karanka cuando cortaron con patadas claros avances nuestros. En esta ocasión, ha tenido también una filosofía muy clara desde el principio".

Las filípicas de Mourinho enojaron a Irureta, quien, en sus primeras palabras tras el partido, se había mostrado muy diplomático, sin la menor censura a la dureza del Oporto e incluso hasta el punto de conceder que el árbitro pudo omitir un penalti a favor de los portugueses en el tramo final. Cuando conoció las opiniones de su colega, Irureta cambió de actitud: "Lo que tiene que hacer el Oporto es marcar goles, porque últimamente mete muy pocos. Este equipo viene muy cargado de tarjetas y por algo será".