Sentencia ejemplar

¿La justicia es igual para todos? ¿Ante la ley respondemos todos del mismo grado? Parece ser que la respuesta que de entrada podemos hacer es afirmativa, por lo menos a nivel teórico. Sin embargo, a menudo llegan a nuestros oídos contraejemplos, excepciones que nos hacen perder el sentido último de la justicia y la ley, quebrando la firmeza de las convicciones que tenemos depositadas en ambas. Más aún cuando los afectados de sus errores suelen ser los débiles, los sin saldo, de capas inferiores, de castas y etnias de poco reconocimiento, etcétera. Esta vez lo ocurrido es todo lo contrario, la justicia ha dado muestras de que tiene una sola vara de medir, devolviéndonos la confianza en la misma.

Hacemos referencia a la sentencia dictada recientemenete por la Audiencia Provincial de Almería y confirmada por la Sala Penal del Tribunal Supremo. Dicha sentencia es merecedora de todo tipo de parabienes, por su claridad y firmeza, por su carácter educativo y, sobre todo, por sentar un ejemplar precedente de cara a los tiempos venideros. Al ser dictada ante unos hechos en los que están implicados nacionales y no nacionales o para entendernos mejor, españoles e inmigrantes; y tal como fue dictada, deja claro una serie de cosas. Primero, que españoles e inmigrantes son iguales ante la ley en derechos como en obligaciones; que el Estado de Derecho los ampara de modo igual; que no se puede, bajo ningún concepto, cobrar la justicia con la propia mano. Por último, es a las autoridades competentes a quienes les corresponde hacer cumplir la ley. Todo eso que parece tan obvio, no lo fue para los sujetos condenados que secuestraron y torturaron a dos inmigrantes pensando que fueron ellos los autores de los robos que han sufrido. Sin duda, es una sentencia que invita a pensar mucho y a dominar los impulsos justicieros.